Pequeño loto blanco «BingQiu»

Factor sorpresa

Volar en una espada ahora no era una opción viable. Mucho menos segura para un hombre que embarazado o no terminaba vomitando como poseso al tocar tierra.

El invierno seguía su curso y con ello Luo Binghe y Shen Qingqiu regresaron al palacio Huan Hua para que el demonio pudiese ponerse al corriente con sus asuntos oficiales, aquellos que ya no podían ser manejados por Mobei Jun; por esa razón ahora ambos viajaban dentro de un carruaje, con un maestro abrigado hasta el cuello y un feliz demonio presumiendo su nueva túnica negra como la noche.

El sueño seguía apoderándose del maestro por lo que durmió prácticamente todo el viaje siendo cuidado y protegido por un impecable demonio que en ningún momento dejó de observar el rostro de facciones tranquilas.

Algunos bocadillos livianos, cortos tragos de té y sutiles coqueteos, fue lo que armonizó el viaje, maestro y discípulo hablaron poco ya que el cansancio solía ganarle al inmortal por lo que cuando llegaron al palacio, Binghe no esperó más para hablar de algo que había deseado por mucho tiempo.

—Shizun, ¿Recuerdas que te prometí un regalo hace unas semanas? —Binghe habló emocionado.

—¿Si? —Qingqiu arqueó una ceja mientras apoyaba el borde de su abanico suavemente contra sus labios. Su expresión pensante hizo a Binghe sonreír— Este maestro no recuerda.

—Te lo prometí a los pocos días de saber sobre la llegada de... —se detuvo solo para fruncir el ceño y posar la mirada sobre el vientre cubierto— ¿Cómo debería decirle? Al principio le decía cosa pero creo que eso es cruel porque lo hicimos con mucho amor.

En realidad lo hicimos por cachondos.

Bueno, tú eras el cachondo.

No, en realidad yo era el cachondo pero no le podemos decir eso al niño...

Simplemente no sería lindo decir: Hijo, ahora soy frío porque cuando fui caliente te tuve a ti.

¿Dónde quedaría mi cara ante su expresión?

Sería demasiado traumático para mi hijo saber que hubo más lujuria que amor en su concepción.

¡Que pecado! =口=

Tosiendo dos veces, Shen Qingqiu relajó su ceño fruncido y aclaró la garganta.

—Zhì. —Asintió. Era una palabra formal para referirse a su hijo. Carente de emoción.

—¿Zhì? —Binghe adoptó una pose pensante y negó— Baobei suena mejor, es nuestro pequeño Beibei, así sabrá que le hablamos con amor.

Qingqiu observó a su esposo, la mano libre se posó sobre la mejilla tersa y sonrió solo un poco causando curiosidad en el ajeno.

—Parece ser que comienzas a desarrollar ese vínculo de padre e hijo. —Dio una caricia suave— El pequeño Baobei está feliz de ello.

—Mh —asintió lento acercando sus manos a la cintura ajena—, Shizun es mi felicidad y saber que me dará un hijo se vuelve doble felicidad; comprendí que por algo fue concebido y aunque al inicio me negaba, la idea de ver a un niño corriendo por el palacio me hace feliz.

Shen Qingqiu relajó los hombros ante tal confesión. No pudo evitar el acercar su rostro para darle un amoroso beso a su esposo quien degustó de tal acción al dedicarle una sonrisa al final.

【¡Felicidades! ¡Ha completado exitosamente el primer trimestre! ¡Segundo trimestre listo para ser activado! ¿Deseas actualizar el sistema?】

¿Tengo opción?

【No pero quería darte la opción por si estúpidamente preguntabas «Tengo opción» como es tan habitual en ti. Solo para no perder la bella costumbre de hacerte sentir miserable.】