3.- Recuerda tu infancia

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Hathor dejo a la humana sentada en una de las puertas de el Duat. — Trata de recordar tu infancia a lo mejor si has estado en egipto— fue lo último que dijo la diosa antes de marcharse.
Ahora desde esa perspectiva sentada en las escaleras de ladrillos de adobe detrás de una gran pirámide de piedra caliza que según Hathor era la entrada al Duat. Menet recordaba su infancia con su madre en Egipto, hace mucho tiempo cuando empezaban las excavaciones y su madre era una arqueóloga buscando convertirse en egiptologa. Recordaba las historias de su madre sobre los poderosos dioses egipcios, ahora dormidos según su madre, si pudiera verla en este momento se volvería loca solo con ver la pirámide de piedra caliza justo como era en sus inicios, justo como la estaba viendo Menet en estos momentos.

Su nombre también venía del amor que tenía su madre por Egipto, Menet era el nombre de alguna consorte de eso estaba segura y quizás su madre había cambiado algunas letras pero venía de ahí. De repente todo tuvo sentido quizás se encontraba ahí por todos los años de infancia que tuvo corriendo entre excavaciones y misterios de las pirámides, todos los momentos en los que creyó ver entre la arena y el sol un espejismo parecido a un faraón. Aunque su madre aseguraba que los faraones eran cosa del pasado, aún así le enseño la caligrafía egipcia, aún así le sembró el amor por lo desconocido, por aquello no contado. Y ella termino por olvidarlo, esconderlo todo dentro de una caja y borrarlo cuando su madre murió, ella apenas iba a convertirse en una adolescente cuando eso sucedió y lo único que había conservado era el pequeño anillo de plata con una gema azul oscuro que su madre llamaba lapizlasuli aún lo llevaba en su dedo anular sus manos no habían crecido demasiado aunque ella era mucho más alta que todas las mujeres que había conocido. Quizás su madre había venido al Duat cuando murió y de esa forma ahora que ella moría su madre había pedido que la trajeran con ella si todas las historias que contaba eran ciertas entonces ella tendría que ir con Anubis pesar su corazón y entregar el anillo de plata al barquero. Entonces una vez del otro lado buscaría a su madre. Si todo era cierto claro.

Pero en lugar de volver a hacer la fila se quedó sentaba frente a la pirámide mirando el horizonte de una noche eterna sin estrellas en el Duat mientras Hathor trataba de ayudarla.

Hathor miro al consejo de la necrópolis Osiris estaba en frente mientras que Anubis acababa de llegar y ni siquiera subió a sentarse con los dioses, tenía cosas que hacer Anubis brindaba solo segundos de su presencia, su trabajo era difícil aunque otros podían hacerlo el siempre estaba al pendiente.

— La humana dice que no debería estar aquí, ella no reconoce el Duat y si es así tampoco nos reconoce a nosotros —

— Quizás aún se encuentre confundida y si pertenezca aqui— la profunda voz de Anubis hizo que Hathor dejara de mirar a Osiris y clavara los ojos en el dios completamente vestido de negro que aún llevaba el casco de chacal puesto.

— Cuando la vean se darán cuenta que  no es una simple humana, parece uno de nosotros, incluso podría ser la reencarnación de Bastet — Osiris miro a la diosa sorprendido

— Has visto cruzar a Bastet — Pregunto el dios resucitado al jefe de los embalsamadores.

— No, y difícilmente uno de nosotros pasa a la necrópolis sin ser visto, no creo que sea Bastet pero quizás es un desendiente y por eso está aquí — aseguro Anubis —¿ si ya a terminado la reunión?

— trae a la humana juntos sabremos si es o no una de nosotros y si lo es se quedará en el Duat hasta averiguar quién es su pariente— demandó Anubis a los presentes.

— debe ser hoy, Horus me espera en nuestro lecho, es cuestión de tiempo para que venga por mi — respondió Hathor con voz dulce.

— Se que a mí primogénito no le gusta tenerte en el Duat, Anúbis te regresará lo antes posible— aseguro Osiris mientras miraba al Chacal.

— llámenme cuando esté aquí la humana, tengo cosas que hacer— Anubis desapareció ante la vista de todos y Hathor fue emocionada a buscar a la supuesta humana.
Ya no creía en lo absoluto que era una humana, en cambio si no era una reencarnación de Bastet podría ser una desendiente de ella, esperaba que la humana le hubieras hecho caso y tratara de recordar algo relacionado con Egipto.

Dioses de Egipto: AnubisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora