12. Fue un sueño

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Menet despertó particularmente cansada y confundida, sentía que llevaba mucho tiempo dormida pero no descansaba junto a ella se encontraba su novio dormido parecía una mañana normal, ella siempre se levantaba primero. Entonces ¿todo lo que había ocurrido era un sueño? Su cabeza no parecía recordar cómo había llegado hasta su cama, pero ahora estaba ahí con su novio, a salvó y sin un rasguño, era un sueño sin dudas solo un extraño y maravilloso sueño.
Se levantó de la cama y se preparó para ir al trabajo como de costumbre, quizás solo necesitaba un poco de realidad para quitar esa sensación extraña de su cuerpo como si le hubiesen arrancado algo en contra de su voluntad.

Hathor palideció al no encontrar a Menet en casa de Toph dónde la había dejado, en lugar de eso ni siquiera el diós de la sabaduria se encontraba en su pirámide, era hora de devolver a la humana con Anubis y quizás fue mala idea dejarla sola pero Toph se lo pidió y no pudo hacer nada al respecto, tener al dios de los muertos molesto no era algo que le agradaba demasiado y debía encontrarla antes de que esté comenzará a cortar cabezas.
Horus fue su mejor opción, quizás la habían llevado a otro lugar y ella se estaba haciendo ideas extrañas pero cuando entro a los aposentos de Horus y este estaba relajado sobre su sillón supo que algo estaba mal.

— ¿Dónde está la humana?

Los brazos en jarras de Hathor y su seño fruncido le hicieron darse cuenta que ella ya sabía lo que ocurría, pero el estaba en paz se había vengado de Anubis solo debía esperar y ver su ira.

— Los resultados de Toph fueron los que esperaba. La devolví a dónde pertenece— respondió despreocupado — Toph dijo que era totalmente una humana así que mejor devolverla no?

— le has robado la mujer a Anubis?

— No Hathor he devuelto a una humana al mundo de los vivos donde pertenece.

— le has robado la mujer a Anubis!— grito Hathor— entiendes lo que has hecho, me amenazó andes de dármela

— no es su mujer — respondió Horus sentandose con tranquilidad

— El va a volverse loco, tanto como tú lo hiciste cuando el me llevo, solo espero que esto haya valido la pena— Hathor salió de la pirámide con pasos fuertes pero Horus lo le hizo caso, era normal en ella complacer a Anubis en sus caprichos y eso le causaba celos

Anubis estába de pie frente a Hathor en medio del desierto en el Egipto antiguo, seguían estando en tierras de Horus pero estaban justo sobre los mandatos de Anubis, la arena bajo sus pies era un remolino que lo mantenía en el mundo de los vivos, pero estaba listo para absorberlo y  devolverlo a su mundo.
El podía ver cómo la diosa lo miraba nerviosa y sabía que algo estaba mal, lo invoco en el medio de la nada y sin Menet junto a ella. Miro el brazalete en su mano, el brazalete que le había dado Horus y que impedía que la necrópolis la absorbiera que el la tuviera, era hermosa la diosa más hermosa que había visto luego de Isis por supuesto, pero ya no la amaba como antes era una buena amiga pero era todo.

— Dónde está ella?

La voz profunda del dios la hizo estremecer, Anubis enfureció de inmediato, ella la había perdido

—Horus...— ella no sabía cómo explicarle lo que había pasado pero el tampoco se lo permitió, de inmediato tenia su mano sobre el brazalete.

— Lo siento Hathor, se que odias mi lugar pero Horus no va a volver a jugar conmigo— Hathor bajo la mirada, el había confiado en ella y ella lo había traicionado, Anubis escucho un aleteo y miro al águila dorada que era Horus apresurandose hasta ellos, arranco el brazalete de Hathor y la envolvió en sus brazos.

Horus cayó sobre la arena se habían ido, recogió el brazalete de Hathor pero sabía que no la podría tener de regreso hasta que Anubis se la devolviera, había bajado demasiadas veces seguidas y ahora con Anubis molesto sería imposible pasar. Golpeó la arena con sus puños cerrados, nunca pensó en que Anubis le quitaría a Hathor no ahora que se había enamorado de una humana, si era cierto que era humana claro.

Menet termino muy tarde en la escuela, ser la profesora de historia no era un trabajo sencillo aún así se sentía tan identificada con tantas épocas que no le costaba en lo absoluto aprender todo y ayudar a sus alumnos.
Cuando llegó a casa se sentó en el sofá y pensó en el Anubis el dios de la necrópolis y los muertos, había estudiado sobre él en la universidad, pero jamás había soñado con él, con otros dioses si sobre todo con Osiris que parecía más un familiar que un dios. Pero Anubis era diferente nunca había soñado con él pero ese sueño lo había cambiado todo, se sentía como si realmente estuviera conectada con el, como si hubiesen estado juntos de verdad en algún momento. Busco su anillo de lapizlasuli en su sueño pertenecía a Anubis, pero era imposible se lo había dado su madre hace tantos años, a veces se sentía como si tuviera años viva, como si nunca hubiese envejecido por completo aunque a veces se sentía tan antigua. Recostó su cabeza del sofa y se durmió pensando en eso.
Un sueño, eso era lo que había sido su encuentro con el dios más intimidante solo un sueño, aunque ella creía amarlo.

— Ahora mismo todos me van a decir quién es, ya estoy harto de esto cada cosa que ocurra aquí me concierne — Anubis hablaba molesto mientras caminaba por la habitación y Hathor solo lo veía preocupada — Que es lo que tú y Horus saben?

— Horus cree que ella es un familiar directo suyo, tienen cierto parecido y al principio ella olía como el a su misma escencia o la Osiris

—Toph hizo alguna prueba en ella?

— Por lo que dijo Horus si pero no estoy segura, ellos dicen que es humana — Hathor miro como Anubis se acercaba a ella, el tomo su mano, ella nunca había podido sentir su piel, pero sabía que la humana si.

— Se que no te gusta estar aquí y a mi no me gusta hacerte sentir impotente encerrada aquí, pero Horus debe aprender a no meterse conmigo y si el me robó a mi mujer yo secuestrare a la suya.

Anubis soltó su mano y desapareció es
Enseguida absorbido por el suelo.

Cuando llegó a la casa de Toph este se encontraba ahí con Osiris ambos susurraban pero él ya sabía cuál era el tema del susurro.
Ambos lo miraron como quienes guardan un secreto.

— Quien es ella realmente? Y no se atrevan a mentirme

— Estás en mi territorio — se quejo Toph

— ahora defiendes a Osiris? ¿Por qué?

— Yo no necesito que nadie me defienda — Osiris se adelantó hasta estar ambos a la misma altura

— Que es ella? Es tu hija?

Osiris hizo silencio y miro a Toph

Dioses de Egipto: AnubisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora