Especial Anubis y Hathor

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Anubis salió un dia de lo más profundo del desierto, una enorme ventisca que arrasó Egipto, con furia y destrucción solo Ra con ayuda de isis lograron detenerlo. El enorme chacal salvaje se transformó entonces en algo muy parecido a un humano, aunque mucho más alto y fuerte con una piel que brillaba a la luz del sol por el material del que estaba hecha y huesos más fuertes que los de cualquier humano. El joven era hermoso pero la ira desfiguraba su rostro, lo hacia ver temible y su piel pálida no encajaba en lo absoluto con los vientos y el sol de Egipto así que Ra le entrego una armadura para que cubriera su piel y su ira e Isis lo llevo con ella. A pesar de su rabia era capaz de dar vida a cuanta cosa pasará por su camino pero también podía quitársela. El dios de los muertos y la resurrección, el señor del Duat así fue coronado Anubis el que pesa tu corazon en una balanza el que decide a dónde vas.

Hathor era una flor preciosa una diosa joven e inexperta, diestra el las artes de la creación la vida el amor. Aunque ella no conocía el amor sabía darlo veía a los humanos sentirlo, venerarla por ello pero ella nunca había amado su sola existencia era como la de Anubis ella simplemente apareció un día como una emoción. Horus la acompañaba en ocasiones — cuando sea faraón tú serás mi consorte — Prometía y ella estaba feliz por eso una diosa consorte de un faraón el rey del alto y bajo Egipto.

Anubis vio a Hathor un día mientras seguía a Isis, ella se encontraba mirando unos capullos que florecerian en un par de día pero ella parecía impaciente y el fascinado por su belleza e incapaz de hacerla esperar más tiempo los hizo florecer para ella. La alegría lleno su rostro y al levantar la vista para admirar al causante solo pudo ver a Anubis el dios iracundo que había salido de la nada ese que Horus decía que podía matar a voluntad y Ra no se negaría. Hathor se estremecio era muy alto, todo vestido de negro y con ese casco que lograba intimidar a todo el que lo mirase, los humanos huían de el apenas aparecía y parecía confinado en el Duat a menos que Isis lo necesitará.
Porque así como Horus, Anubis también era un hijo de isis.

Anubis conciente de sus fallas y de la delantera que le llevaba Horus con Hathor convirtió ese pequeño momento de los capullos en su sello personal para hacerle saber a Hathor que el estaba ahí, que la miraba. Mostraba su benevolencia y paciencia siempre que ella estaba cerca, cerraba los capullos por las tardes cuando ella cerraba su ventana y los hacia florecer cuando ella abría las ventanas solo para hacerle saber que estaba ahí, que pensaba en ella y Hathor se sentía hermosamente cortejada.
Aunque Horus sería su consorte, el tenía métodos más bruscos la trataba como si ya le perteneciera y aunque Horus realmente la quería y ella a él se sentía encantada por la llegada de Anubis, aunque nunca hubiese visto más que al rígido dios oscuro, ella sabía que era bueno lo decían las acciones que tenía con ella y a menudo se encontraba imaginándose como se vería bajo el casco, que color tendrían sus ojos o su cabello, como sería su piel o sus labios, se molestaba consigo misma por ello, ella no podría casarse con Anubis.

A pesar de ello no podía evitar mirarlo cuando se encontraba cerca, no desviaba su mirada cuando veía a la alta figura oscura, y el no disimulaba al verla tampoco. Parecía algo mutuo, así lo sentía él, algo que podía florecer tal como las flores de la ventana.

Hathor sabía que Anubis no podía salir del Duat a menos que alguien lo invocar en el bajo o alto Egipto y ella había escuchado varias veces a Isis invocarlo. Aquella noche cuando por fin se decidió estaba muy nerviosa, lo había visto en la mañana el había pasado tan cerca de ella que incluso pudo sentir su aroma, a inciensos y tierra fresca, esa que es perfecta para cosechar. No podía parar de pensar en el, necesitaba escuchar su voz. Así que cerró la ventana y aprovecho que Horus se encontraba lejos con su padre.

Se paró en el medio de la habitación y acomodo sus ropas, pensó varias veces en lo que iba a decir y deseo no arrepentirse. Entonces extendió sus manos a los lados de su cuerpo y con las palmas hacia arriba recito
— Yo Hathor diosa del amor y la belleza pido que aparezcas frente a mi, Anubis haste presente— al principio se sintió desepcionada creía que aparecería al instante justo como hacía cuando Isis lo llamaba. Pero luego el viento inundó el lugar y el suelo se volvió inestable y una risa amarga lleno el lugar para que la silueta del dios emergerá desde el suelo en movimiento, una pequeña tormenta de arena se había formado dentro de la habitación de Hathor para darle paso a el
—No tienes que alargar tanto la presentación, solo tienes que pedir que me presente y estaré aquí, reconozco voces aunque me llamen en silencio. Pero me gusta tu presentación hizo que viniera aún más rápido ya que tú dulce voz jamás había mencionado mi nombre — Hathor estaba impresionada por su voz suave y calmada y aún así fuerte y con un eco que ella creía se lo daba el casco, quiso pedirle que se lo quitará pero era demasiado para la primera vez, se sentía confusa en su presencia jamás espero que apareciera para ella.

— Puedo preguntar para que me necesita?— volvió a hablar Anubis y la suave voz se colo por dentro de Hathor como ninguna otra lo había hecho, de repente se encontró perdida, como le explicaría que lo había hecho venir por simple deseo porque deseaba estar cerca de el, sentir ese maravilloso aroma que el emanaba conocer cada parte de el.

— Te he visto esta mañana, has pasado tan cerca de mi que creo que sí hubiese estirado mi mano te hubiese tocado, aún así no me miraste, no te inmutaste ante mi presencia ¿Por qué?

Anubis sonrió dentro del casco aunque ella no lo vio, era una diosa vanidosa, era de esperarse de la diosa de la belleza, aúnque jamás pensó que ella se disgustaría porque el no la mirara.

— A menudo la gente se disgusta porque la miro, que usted esté disgustada porque no la miro es completamente nuevo para mi, teniendo en cuenta que Horus se empeña en decir que soy lo peor así que imagino que no tiene una buena impresión de mi.

— Siempre me miras, desde el día en que nos conocimos me miras como a una igual, me miras sin miedo a lo que pueda hacerte Horus, me cortejas de la forma más romántica que a cualquiera se le hubiese ocurrido entonces cuando estás tan cerca de mi no me miras ¿Por qué?

Anubis siguió sonriendo se sentía agusto por primera vez en mucho tiempo, sentía que tenía frente a el a alguien que lo comprendería como nadie jamás lo haría.

— Porque entonces usted no me hubiese visto a mi, se habría conformado con las flores de la ventana, y jamás se hubiese acercado a mi, porque es obvio que yo no puedo acercarme a usted yo debo permanecer siempre en el Duat no aquí.

Hathor lo entendió, tenía sentido y era cierto ella hubiese podido vivir el resto de su vida solo sintiendolo cerca, solo sabiendo que él también pensaba en ella y nada más, que no la mirara llamo más su atención que todas las flores de la ventana.

— puedes decirme Hathor solo Hathor no debes decirme usted ya no porque ahora has estado en mi habitación.

—no debe decir nunca que llamo al dios del Duat solo para conversar dentro de su habitación, no creo que sea correcto.

—Realmente no me importa si es correcto o no, solo quiero saber si estás disgustado.

—Jamas podría sentir disgusto de estar frente a ti, de escuchar tu voz, de controlarme cuando tú maravilloso aroma se apodera de mí.

Las mejillas de Hathor enrojecieron y el volvió a sonreír aunque ella no lo noto.

— debo irme siempre están necesitando de mi, pero si quieres hablar de nuevo, solo llámame.

La pequeña tormenta de arena volvió y así como apareció el suelo volvió absorber al dios del Duat como si una puerta en el bajo mundo se abriera para que su señor regresará.
Hathor setia una cosquilla en su interior. Podía llamarlo cuando quisiera y el vendría hasta ella, nadie tenía porque saberlo, nadie la juzgaria por desear conocer más de el porque solo ellos dos lo sabrían. Y así ella volvió a llamarlo a la noche siguiente, y la siguiente a esa y así 4 noches seguidas hasta que Horus volvio.

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Okey holaaaaa este es el capítulo especial de Anubis y Hathor y es un poco de la explicación de lo que sentían cada uno mucho antes de que Mente apareciera. Si quieren que continúe con esta parte de la historia me lo pueden hacer saber en los comentarios 😊

Dioses de Egipto: AnubisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora