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Y se dio cuenta de que ella jamás lo voltearía a ver de la misma manera en que miraba al odioso de Meliodas.

Cuando Mael por fin entendió que Elizabeth no era para él, se sintió triste, pero a la vez se alegró porque sabía que tarde o temprano encontraría su verdadero amor. A alguien que si lo amara, alguien que lo mirara y lo hiciera sentir especial.

El arcángel estaba esperanzado en que muy pronto llegaría una mujer así a su vida, pero... Nunca se imaginó que todo eso que esperaba de una chica, lo encontraría en un hombre...

Mael Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora