Mael despertó a medianoche, la cabeza le dolía y su estómago se sentía raro. Miró rápidamente a su alrededor y miró una docena de botellas vacías. Al parecer había estado bebiendo demasiado, pero no recordaba porqué. Así que intentó levantarse con dificultad, pues había algo obstruyendo su paso.
Frotó sus ojos un poco y al enfocar bien su mirada, se dio cuenta de que había alguien con él. Se trataba de Estarossa, quien estaba completamente desnudo y dormía plácidamente con una sonrisa en los labios. Mael intentó despertarlo al moverlo un poco, pero al tocarlo sintió algo pegajoso en su cuerpo y después miró algunos preservativos usados cerca de él. El arcángel soltó un grito, pues él planeaba llegar virgen al matrimonio, pero sus planes se habían jodido y ahora el albino que lo acompañaba se despertó.
<<Oh Mael... ¿Acaso quieres otra ronda? Sabes que estuviste fantástico, mira todo el desastre que hicimos. Me duele todo el cuerpo, pero no me importaría que me la metieras de nuevo>> le dijo el peli plata mientras apartaba la basura de su alrededor para despejar el área donde nuevamente tendría sexo con el arcángel, claro si es que este accedía, pues estaba demasiado confundido por lo que había hecho.
