46 (+18)

561 28 10
                                        

Mael y tú habían sido capturados por Estarossa, quien había fijado sus ojos en ti. Le gustabas mucho y creyó que sería una buena idea hacerte suya delante de tu amado arcángel.

Estarossa te folló hasta el cansancio. Tú apenas podías contener el aliento, pues ese demonio era demasiado lujurioso y brusco.

Había eyaculado tantas veces en tu interior que rogabas por no quedar embarazada de él. Mael sólo miraba con lágrimas todo lo que el albino de ojos negros te había hecho.

Ni siquiera sabía cómo había sido posible que un sucio demonio lograra inmovilizarlo si su gracia lo hacía inmune a su poder. Era absurdo, pero gracias a eso Estarossa había podido aprovecharse de ti.

Cuando el demonio albino por fin se sintió satisfecho, tomó al arcángel del cabello y lo acercó a tu intimidad para que mirara todo el semen que salía de tu interior.

En ese momento lloraste al ver el rostro de Mael. Era inevitable no hacerlo si él se sentía culpable de lo que te había hecho ese maldito loco.

Estarossa se burló de ambos y obligó a Mael a tragarse toda su semilla que resbalaba por tus pliegues enrojecidos. Cerraste los ojos para no ver aquello, pero te era imposible no sentirte excitada al tenerlo lamiendo tu coño.

Te sentiste sucia por aquello, pero aún así lo disfrutaste y cuando menos esperabas, Estarossa ya se encontraba cogiéndose a Mael, mientras este seguía comiéndose lo que salía de tu interior...

Mael Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora