Tenías un nuevo vecino. Él era muy atractivo y su cabello, el cual era de un tono platinado, era mucho más largo que el tuyo.
Todas las noches observabas desde tu ventana las cosas que él hacía, pues este era tan descuidado que no se había dado cuenta de eso.
Mael había estado ocultando su identidad por mucho tiempo, pero en una noche descubriste su verdadera naturaleza. Viste sus dos pares de alas y te caíste de nalgas cuando eso pasó. No podías creer lo que estabas presenciando y te dormiste pensando que todo había sido tu imaginación.
Después de ese día, las cosas se fueron tornando extrañas, pues poco a poco más personas raras comenzaron a llegar al lugar donde vivías...
