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Mael tenía una sorpresa para ti, pues él había estado ocupado por un largo tiempo y quería darte algo para compensar el tiempo perdido.

Habían acordado verse en aquel teatro en el cielo, ese sitio solitario que sólo ustedes frecuentaban.

Mael llegó primero y se sentó a esperarte. Al paso de unos minutos comenzó a escuchar sonidos raros. Era inusual que alguien más estuviera allí, pues a nadie le interesaba ir a ese lugar. Así que decidió verificar de dónde provenían esos sonidos, que más bien sonaban a quejidos.

En cuanto dio con el sitio exacto de donde provenía aquello, sus ojos se llenaron de lágrimas y el regalo que tenía para ti se cayó de sus manos. No podía creer lo que tenía frente a sus ojos, no podía asimilar que la mujer que tanto amara estuviera allí, con las piernas bien abiertas mientras su hermano Ludociel le daba duro.

Mael Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora