Prólogo

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-Alice-

-Alice-

-Alice-

Las voces se hacían cada vez más fuertes en esa turbia oscuridad.

Estaba helado. Tenía una expresión de pánico en mi rostro. No sabía si quedarme quieta para que el ángel de alas rotas me atacara o huir con todas mis fuerzas, además, se me dificultaba mucho poder respirar en aquel momento. No estaba segura si morirá en ese instante. La oscuridad de la noche y la llovizna hacía que me resbalara del piso cubierto con azulejo, la neblina no me dejaba ver en absoluto. Corrí y corrí, el miedo seguía golpeando mi ser y parecía no querer dejarme.

En una de esas no vi bien el oscuro camino y me caí entre unos rosales, tenía golpes por todo el brazo e intentaba hacer un esfuerzo por no comenzar a gemir, sangre y más sangre salía de mi, pero no podía rendirme, me paré y sin hacerle mucho caso a los golpes seguí corriendo.

Llegué a la cocina rápidamente, estaba buscando algo para defenderme, mis manos me temblaban; era de esperarse. Busqué algo que me sirviera, hasta que escuché que detrás de mí se movía algo, era él, bloqueó la puerta y apagó la luz, no veía ni sentía nada en absoluto, solo el terror que abarcaba en mí, no sabía qué dirección tomar y caí desplomada en unas cajas llenas de papas y tomates.

Esto era demasiado para mí. él se paró enfrente de mí, traté de levantarme de nuevo aunque parecía ser en vano, el ángel se arrodilló, intenté alejarme de él arrastrándome por el suelo, aunque no llegué demasiado lejos, él se inclinó hasta quedar cara a cara conmigo, me observaba como si fuera algún tipo de persona extraña, de pronto, comencé a sentir una gran pesadez en los párpados, mis ojos se cerraban involuntariamente y en un pequeño instante me quedé dormida.

El ángel de las alas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora