Capítulo 10 "Todo es mi culpa"

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Hay quien olvida el cielo cuando las nubes se van. Hay quien llena su alcancía para cuando llegue la hora de olvidar. Hay quienes tejen sus nidos en las memorias más viejas de un árbol. Irse no es fácil. Yo sigo aquí, después de haber visto innumerables momentos desvaneciéndose a mi alrededor. Y sigo aquí, contra la dirección del viento, acariciando las malogradas hojas que se dirigen al sur. Hay quienes ya fueron viento, y no supieron qué palabras llevar. Hay quienes amaron con todo su corazón alguna vez, solo que al irse olvidaron meter en la maleta la alegría que tanto emanaron y soltaron en aquellas viejas tardes. Y yo sigo aquí...

Era una tarde como las otras, claro, era un poco más hermosa. Hoy era uno de esos días en el que el sol jugaba al escondite junto a los árboles y las nubes, haciendo que aparezca el más sublime atardecer, escribía todo lo que alguna vez quise soltar. Me encontraba en el único Sauce que me había llamado la atención desde que había llegado a Rutledge, mi blusa estaba manchada de tierra, pero no me importaba. Me senté un poco separada al tronco, rezaba porque una fuerte ventisca no me botara de ahí.

-Wow, dime... ¿Por qué pocos pueden ver tu belleza?- Pregunté al cielo.

Todo estaba callado, como si hubieran bajado el volumen del mundo y se encontrara una peculiar paz.... Me encontraba muy concentrada, bastante diría yo. Hasta que.......

-¡Aliceeeeeeee!- Parecía la voz de Hannah, una chica hiperactiva que era experta en esparcir chismes. Pegué un gran brinco del susto y caí de espaldas desde lo alto del Sauce.

-Maldición- Solté jadeando mientras caía a la grama. Mi cuaderno salió volando como si fuera una pelota de béisbol y cayó directamente en la cabeza de Hannah.

-Auch- Solté adolorida. Quería gemir. Miré a Hannah de reojo, que se frotaba la cabeza. -¿Qué es lo que quieres?- Gruñí.

-Es... Es Grace... ella....- Hablaba con varias pausas de por medio, estaba nerviosa; era de esperarse.

-¿Grace qué?- Grité algo asustada.

-¡Está herida!- Soltó exasperada. -Ella... no lo sé, ella fue apuñalada y, y, y... Ay nadie sabe quién lo habrá hecho.- Mis ojos se abrieron más que nunca, mi mente comenzó a soltar pensamientos como si fueran fuegos artificiales, mi ser se cubrió de un lúgubre temor y un escalofrío, seguido de unas punzadas en el estómago. 

-¡No es cierto!- Salí corriendo preocupada... Corrí lo más rápido que pude. Esto me recordaba a aquella noche en el internado... Corría entre la niebla mientras mis descalzos pies se manchaban de lodo y suciedad, era como si estuviera viviendo de nuevo todo eso, Grace había sido herida. ¿Y si fue por mí? No quería pensar si quiera en eso. Pensaba que era un peligro para los demás, todos los que eran importantes para mi de cierta manera, tarde o temprano caían en las malvadas garras de mi oscuro secreto ¡Era como una maldita pesadilla!

Corrí y corrí hasta llegar a la entra de Rutledge, donde se encontraban ambulancias y policías. Los alumnos se asomaban entre las ventanas con cierto temor en sus ojos. Rayos, parecía irreal. Noté que Yuuki se encontraba con un policía que parecía anotar cosas en una pequeña libreta. Corrí hacia ella, pero unos guardias me tomaron de los brazos y me agarraron. 

-¡Déjenme! ¡Grace es mi amiga!- Grité entre lágrimas.

-¡Alice!- Finn corrió hacia mí. -Suéltenla, es... es una amiga.- Finalmente me soltaron, al hacerlo les dediqué una fría mirada junto a un gruñido. MI mirada se posó en la de Finn, quien parecía aguantar sus lágrimas, aunque realmente, parecía estar destrozado por dentro.

-Nadie sabe quién fue- Dijo luego de una larga pausa. Lo seguía viendo con tristeza. Hubo una breve pausa.... mi mano se posó en su hombro; él asintió con tristeza. Luego de eso, su mirada bajó hacia el piso, su cuerpo temblaba... seguía aguantando el dolor... y yo seguía frotando su hombro. Hubo un breve momento, en el que ya no podía más, y soltando sus primeras lágrimas, me abrazó como nunca antes.

-Todo estará bien- Asentí mientras se me escapaba una lágrima.

-¿Entonces por qué lloras?- Gemió. No respondí. Solo lo seguí abrazando.

El ángel de las alas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora