Me subí a un columpio

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Hoy me subí a un columpio y conforme me iba impulsando e iba agarrando más vuelo pude sentir esta adrenalina característica donde el impulso más grande para seguir es el miedo a caer.

Pude asociar el columpio con la vida misma; al principio necesitamos a alguien que nos impulse y conforme vamos creciendo y lo vas haciendo solo, comienza el verdadero reto, no caer, cosa que considero imposible...ya sea por curiosidad a soltarse o por descuido, pero siempre habrá caídas. Finalmente llega esta etapa en la que te impulsas con tanta confianza que sientes que puedes tocar el cielo y por un pequeño momento la gravedad deja de existir. Me atrevo a decir que también existen personas que se atreven a más, que intentan, que desafían, que se atreven a dar ese salto y enfrentar a la gravedad, a la física y a todo aquello que todos los demás consideraban "imposible".

Si bien la vida es muy corta, no tenemos tiempo para estar dudando, para dejar las cosas para el día siguiente. La vida se nos va en un suspiro y solo nosotros decidimos qué hacer con ella...o vuelas y alcanzas el cielo o te quedas soñando que algún día lo alcanzarás.

Te reto a que desafíes ese columpio, te reto a que no solo te impulses por inercia, sin ningún objetivo...sin ningún sentido.

Sobre las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora