Me cuesta decir lo que siento, nunca fui muy buena para las palabras, de hecho, no soy muy buena para muchas cosas, sin embargo, creo que soy peor con las palabras; pronunciarlas, me es imposible: mi lengua se niega y mis labios no se mueven cuando mi corazón desea expresar aquello que no quiere ocultar más.
De alguna forma, lograste romper las barreras que había puesto. Había sido fácil hasta ahora, pero, al parecer has echado a perder mi trabajo, lo irónico de esto es que no tienes la más remota idea de lo que has provocado en mi mente, corazón y alma, y lo más divertido es que... Ni siquiera te importa.
Honestamente, jamás creí que podría sentirme así de nuevo, dos años en soledad han sido difíciles, pero nada es más difícil que luchar contra los sentimientos espontáneos; me parece que son sumamente imprudentes, llegan sin avisar, sin tener piedad, solo llegan a desbalancear tu tranquilidad y tu vida. Eso has provocado en mí, eso y un poco más. Lo siento, a alguien debo culpar.
No entiendo muchas cosas, no soy muy inteligente, no suelo pensar mucho en general. Me gustan las cosas impredecibles, aquellas que debes ir descubriendo a medida que pasa el tiempo, a medida que lo vas viviendo... Esto es diferente, no me agrada, me aterra; no como la talasofobia que me persigue desde pequeña, no, esto es más grande que yo, esto va más allá de lo que me gustaría admitir y por ende, me aterra más de lo que cualquier otra cosa me ha aterrado en el mundo. Podría resignarme y adoptar este miedo, pero quiero entender qué fue, por qué fue y cómo fue que te metiste tanto en mi cabeza, ¿qué te hace diferente a los demás? A aquellos que lo habían intentado con fuerzas, pero jamás consiguieron algo.
Me causas la intriga que nadie más me había causado, me interesas, no solo por la nublada mente que ahora tengo, lograste hacer algo que muchos intentaron sin un buen resultado y ahora que he caído, que no he podido más con esto, no siento que sea mutuo. Tal vez sea solo mi miedo, mi temor nublando mi cordura, pero entre la voz del corazón y del terror, ya no sé cuál es el que domina en estos momentos.
Me gustaría mucho poder entenderlo y dejarme en paz, poder asimilar estos cambios y dudas para poder detener todo este enredo en el que yo misma me he liado. Llevo días así y no me agrada, mucho menos cuando siento que soy la única afectada por una sonrisa o por tus dulces besos en mi mejilla, o por la forma en la que tomaste mi mano aquella noche. No entiendo, no me entiendo y no entender, me da miedo, mucho más del que soy capaz de explicar.
Para, detente por favor, porque no sé qué hacer ni cómo hacerlo y me está volviendo loca... me estás volviendo loca.
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Sobre las nubes
PoetrySobre las nubes, con tinta y papel, con una mente y corazón deseosos de respuestas a las dudas que aparecen sin aviso y sin permiso. Sobre las nubes está mi historia... ¿Dónde está la tuya?