Me preguntaron el otro día; dónde es que guardo mis sueños más preciados. Dónde es que escondo las caricias más sagradas que alguna vez me regalaron. Dónde es que callo los miedos que me persiguen al caer la noche.
Tiempo atrás los guardé en una caja de madera, era pequeña con un broche de bronce, debí tenerle más cuidado y pensar en su pequeño tamaño; aquella pequeña caja se rompió en mil pedazos.
Luego intenté en una bolsa, era tejida y amplia, cabían perfectamente, se llevaban armoniosamente, debí pensar que los hilos se romperían con el pasar del tiempo; aquella bolsa se desgarró en el fondo.
Con todos mis sueños, miedos, caricias y recuerdos en las manos, caminaba día con día, pensando dónde los guardaría... No quería perderlos, ya había perdido demasiados en el camino, tampoco quería dañarlos, ya había muchos que se encontraban rasgados. Nunca aprendí dónde guardar aquellos tesoros que acumulaba y entre más avanzaba, más encontraba.
La pérdida de aquellos, me permitió encontrar nuevos y mejores. Los rotos pude complementarlos con unos que combinaban y lo cierto es... No hay un lugar más valioso, donde valga la pena guardar aquello, más que en alma.
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Sobre las nubes
PuisiSobre las nubes, con tinta y papel, con una mente y corazón deseosos de respuestas a las dudas que aparecen sin aviso y sin permiso. Sobre las nubes está mi historia... ¿Dónde está la tuya?