Querida Beki...

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Te he sentido distante, perdida y un poco angustiada, es por eso que vine en esta solitaria noche a escribirte... Tal vez necesites un abrazo más que palabras, pero así es la vida, no siempre tenemos ni lo que queremos ni lo que necesitamos.

Lo hemos aprendido ya, ¿no? Aún recuerdo cuando solo necesitábamos a papá para llorar en sus brazos y no estaba, o las miles de veces en las que mamá nos regañó por algo que no era nuestra culpa y lo único que queríamos era que se detuviera... Creo que, a estas alturas de nuestra vida, hemos aprendido eso.

Beki, haz crecido demasiado, no sé si realmente esté lista para apoyarte, pero quiero que entiendas algo:

No importa tu edad, no importa qué amigos tengas, no importa qué año sea, no importa nada... Solo recuerda que está bien cometer errores y sentir que la vida no vale la pena, está bien que nos sintamos perdidas y llenas de estrés y preguntas que nadie responderá. La verdad es que la vida apesta en estos momentos y ni siquiera sé cómo darte soporte, ni siquiera sé muy bien si podré soportar lo que ahra estamos viviendo, ¿pequeño recordatorio? Cometimos un error de nuevo y esta vez parece que no tiene solución, solo queda seguir.

Sobre las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora