El olor de los huevos revueltos y la salchicha impregnaba las fosas nasales de los presentes de una forma deliciosa, el calor que emanaba del te, les proveía del calor necesario para abrigarles en aquella mañana lo suficientemente soleada para apapachar a los ciudadanos de la gran Londres. Johanne y Sherlock almorzaban en la mesita de la sala, una se deleitaba con lo preparado por la abuela Hudson y el otro, hojeaba un periódico al momento que dedicaba una charla ¨amena¨ a su hermano mayor, Mycroft.
—Las fotografías están completamente a salvo.
—En las manos de una prostituta fugitiva —refutó con sarcasmo el mayor.
—No esta interesada en chantajear, solo busca... protección por algún motivo —observó a la nada para quizá, encontrar una idea lógica, para de repente mirar a su hermano sin expresión alguna en su precioso rostro, aun con el golpe propinado por Johanne el día antes—. ¿Debo entender que acallaste la investigación policial por el tiroteo en su casa?
— ¿Cómo podemos hacer algo mientras ella tenga las fotografías? Estamos atados de manos.
—Ella te felicitaría por el juego de palabras que acabas de usar —bromeó, lo que fastidio al otro— ¿entiendes como funciona esto? Ese teléfono es su pase libre para no ir a prisión. Tienes que dejarla en paz, trátala como a la realeza Mycroft.Y solo entonces Johanne intervinó.
— ¡Oh! Aunque no de la forma en que ella trata a la realeza —le dedicó una sonrisa entre sincera y divertida a Mike, quien la devolvió pero sin el énfasis de interés impreso en la chica.
Sin embargo, aquellas sonrisas se convirtieron en muecas de extrañeza extrema cuando de la nada, un gemido emergió del silencio.
— ¿Qué fue eso? —preguntó la rubia, mas a Sherlock que a los demás.
—Un mensaje de texto —la miró apenas medio segundo, cerrando el periódico en sus manos para levantarse a la chimenea.
— ¿Por qué hace ese ruido? —tanto ella como Mycroft siguieron con la mirada al rizado, quien tomó su teléfono, ignorándola por completo.
— ¿Sabias que habia otras personas buscándola, Mycroft? ¿Antes de enviarnos a mi y a Johanne? —leyó un mensaje en la pantalla principal que rezaba ¨buenos días, señor Holmes¨, bloqueó el móvil y regresó a su asiento en la mesita para continuar con el periódico—; agentes entrenados de la CIA, supongo.
—Si, gracias por eso señor Holmes —replicó la otra, tomando un sorbo a su rico te.La señora Hudson emergió de la cocina acercándose a ellos, escandalizada y reprendiendo a Mycroft.
—Es una vergüenza, exponiendo a tu propio hermano a un peligro como ese, la familia es lo único que tenemos en la vida, Mycroft Holmes.
— ¡Oh, cállese señora Hudson!
— ¡MYCROFT! —tanto Johanne como Sherlock lo miraron, siendo reprendido por sus miradas en esta ocasión. Y el debido respeto con el que se dirigía Watson a él se desapareció por ese instante, pues si se había pasado de la raya. La señora H. solo le miró con mas escandalo que antes.El mayor de los Holmes no tuvo de otra que disculparse ante las tres miradas que lo acusaban con dureza, lo que devolvió a la tranquilidad el lugar. La señora se marchó a la cocina nuevamente, agradeciendo por su disculpa, aunque aún muy indignada.
—Pero si, cállese —terminó Sherlock, dando una vuelta a la pagina de su periódico, y antes de que la rubia pudiera decir algo, el sonido de la alarma del teléfono volvió, anunciando otro nuevo mensaje.
Ambos miraron a dicho teléfono, la señora Hudson volteó incomoda.
— ¿No es un poco grosero ese sonido? —miró a Sherlock, antes de continuar su camino.
—No hay nada que puedas hacer ni nada que ella vaya hacer, hasta donde puedo ver —contestó el rizado a su hermano mientras leía el mensaje, ignorando a la anciana.
—Puedo asignarle una vigilancia máxima.
— ¿Para que molestarse? Puedes seguirla en Twitter. Creo que su nombre de usuario es ¨la mano que azota¨.
—Si, que gracioso —sonrió con ironía, su móvil advirtió de una llamada entrante y la contestó una vez vio el emisor, disculpándose con sus respectivos modales y alejándose para tener más privacidad, lo cual no pasó desapercibido para su hermano menor.
— ¿Por qué tu teléfono hace ese sonido? —intentó llamar su atención Johanne, mientras disfrutaba aun de su almuerzo.Sherlock apenas y la miró, dirigiendo su vista a otros puntos como si no supiera a lo que se refería.
— ¿Qué sonido?
— ¨Ese¨ sonido, el que acaba de hacer —curiosamente, había un tono de recelo en su voz, incluso en su mirar, algo que no sabia quizá, y por eso no ocultaba.
—Es la alarma de mensajes de texto, significa que tengo uno nuevo —como si intentara obviar las razones y tratándola como a un tonto, explicó brevemente.
—Humm... tus mensajes de texto, según recuerdo, no suelen sonar así.
—Alguien tomó mi teléfono y, parece que como broma, personalizó el sonido de alarma de los mensajes —volvió la vista a su lectura, sin mirarle de nuevo mas que en esa fracción de segundo.
—Así que cada vez que te envían un mensaje... —y el móvil emitió una vez mas aquel desagradable gemido, la señora Hudson se asomó desde la cocina, algo abochornada.
—Eso parece.
— ¿Podrías bajarle al volumen? A mi edad es...Hubo un silencio de tres segundos, el cual Johanne rompió para continuar su interrogatorio.
—Estoy pensando en quien pudo haberlo hecho, porque se supone que el móvil ha estado en tu abrigo y ni la abuela ni yo lo tomaríamos para hacer algo así. ¿no es cierto?
—Dejare que lo deduzcas tu —cubriendo su rostro abochornado con el periódico, respondió con voz tersa, casi pareciendo fastidiado de tanta pregunta.
—... —al no recibir mas miradas ni palabras de el, volvió su vista al libro que leía mientras almorzaba, con una sonrisa completamente furica—. No soy estúpida, ¿sabes?
— ¿De donde sacaste esa idea? —preguntó, con cierto sarcasmo.
—La aerolínea Bond Air se ha ido, confírmalo con Coventry, hablamos mas tarde —se escuchó a Mycroft decir mientras recalaba al apartado.Sherlock lo observó con atención, entrecerrando los ojos.
— ¿Qué mas tiene?
— ¿? —su hermano lo miró con duda.
— ¡Irene Adler! —recalcó con cansancio al no recibir pronta respuesta, azotó el periódico en la mesa una vez doblado—. Los americanos no estarían interesados en ella por un par de fotos comprometedoras. Hay mas... —se puso de pie, sin dejar de mirar a su hermano— mucho mas. Se aproxima algo grande, ¿no es cierto? —no se detuvo hasta quedar a medio metro de él.
—Irene Adler ya no es de tu incumbencia. De ahora en adelante, te mantendrás al margen de esto.
— ¿Lo hare? —preguntó, mas retándolo que aceptando.
—Si, Sherlock. Lo harás.Watson sintió la tención entre ambos, poniéndose algo incomoda de momento.
—Solo recuerda hermanito, que ser desconocida no impide a la verdad ser verdadera —pronuncio en apenas un murmullo carraspeado, parecido a un leve rugido, al momento que lanzaba una veloz mirada a Johanne.
Sherlock pareció tener un escalofrió y crujió los dientes, no dijo más; y con un levantamiento de ceja, se alejó del mayor, tomando el violín de su sillón y ajustándolo a su hombro.
—Ahora, si me permiten, debo pedirle una larga disculpa a una vieja amiga.
—Envíale saludos de mi parte —dijo Sherlock, para así correrlo de una vez, comenzando a tocar una melodía que se escuchaba gloriosa en sus manos.La rubia continuó con su almuerzo y la señora Hudson limpiando la cocina, mientras Mycroft se dirigía a los escalones para marcharse.
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SHERLOCK ed II
FanfictionAnteriormente... Samuel es Sebastian Moran, y no es un doctor sino un mercenario... Sherlock y Johanne han llegado a la piscina donde murió el pequeño Carl... Moriarty no es más que Jim de T.I en el Bart's... Un pasado sacado del infierno... Explosi...