Noche nevada del 24 de diciembre.
El precioso rizado tocaba una melodía navideña en el departamento, con la señora Hudson, Greg, Johanne y un joven de tez morena —que estaba acompañando a Jo— como espectadores. Una vez terminada, todos aplaudieron, unos más gustosos que otros.
—Eso ha sido hermoso, Sherlock —dijo la señora Hudson, encantada y más risueña que de costumbre.
—Maravilloso —comento Watson, mientras llevaba una taza de té a la abuela, dejándola en la mesita frente a ella.
—Ojala te hubieras puesto los cuernos de reno.
—Hay cosas que deben quedar en la imaginación, señora Hudson —le contestó Holmes, en una apretada sonrisa.El acompañante de Johanne se acercó al rizado con una charola llena de tazas de té, casi que obligado. Sherlock, en una media sonrisa igualmente obligada lo miró.
—No, gracias Samuel.
—... Ah... no, no, no, no —se acercó Jo al chico moreno, intentando alejarlo de ahí antes de que este le propinara un puñetazo al otro, pues su cara ya ardía en ganas—, no es bueno para los nombres —intentó excusarle.
— ¡Oh, no! Puedo hacerlo, lo sé —contestó el otro, como si quisiera buscarle adrede; con los ojos cerrados, ¨intentando¨ recordar mencionando a todos los anteriores, como para ofenderle de alguna manera, mientras el pobre moreno escuchaba con brazos cruzados y lo más paciente que podía. —. No, Samuel era el doctor impostor, después vino la de las pecas, luego el de la nariz enorme, y... ¿Cuál le siguió al profesor aburrido?
—Nadie.
— ¡Jackson! —recordó como por arte de magia, sonriéndole sínicamente—, proceso de eliminación.Johanne rodó los ojos y decidió mejor llevarse a su novio al otro sillón, disculpándose. La atención de Sherlock pasó a una figura que se introducía al departamento: Molly Hooper, ataviada con un abrigo enorme, arracadas brillantes del tamaño de pulseras y un moño de regalo decorando su cabello, sus labios entintados en un rojo profundo. Muy a lo contrario de Johanne, que portaba un vestido armado con una blusa en transparencia con cuello de pajarito, un moño rojo con un broche en medio en el cuello y una falda roja unida desde la cintura ampliándose como un globo, con un par de tacones dorados, así como un maquillaje más natural, sutil.
—Santo cielo... —murmuró el rizado, dejando su violín en el sillón, y sin volverle a dedicar alguna mirada a la forense.
—Hola todos, en la puerta decía que entrara, así que... —sonriente, Hooper saludo a todos, cargada con algunas bolsas llenas de obsequios, Jo se apresuró para ayudarle y dejarlas debajo del árbol.Todos, a excepción de Sherlock que ¨celebró¨ irónicamente, le saludaron con ánimo. Molly se quitó el grande abrigo dejando ver su cuerpo envuelto en un vestido negro entallado, con una franja de brillos en el pecho, así como los listillos de su bra, llamando un poco la atención.
— ¿Y ya están listas las bebidas navideñas? —algo sonrojada y tímida, sobó sus brazos, sin borrar aquella sonrisa tan tierna que siempre tenía.
—Es el único día del año que Sherlock puede ser amable conmigo, así que vale la pena —sonrió Hudson.Mientras ellos conversaban y Greg se dirigía a prepararle un trago a Molly, Sherlock merodeaba en la laptop de Johanne, directamente en el blog.
—Johanne, el contador de tu blog sigue en 1, 895.
—Mmm... se canceló la navidad —observó la pantalla, al acercarse a él, pero tomando la distancia correspondiente, un poco como tiempo atrás.
— ¿Y pusiste una fotografía mía usando el sombrero? —preguntó el rizado, más molesto que compartiendo el momento.
—A la gente le gusta —la rubia se encogió de hombros, alejándose un poco más.
—Mentiras ¿A qué gente? —y aun sin mirarle ni un momento, continuó con algo en el computador, mientras Jo volvía a su asiento al lado de Jackson.
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SHERLOCK ed II
FanfictionAnteriormente... Samuel es Sebastian Moran, y no es un doctor sino un mercenario... Sherlock y Johanne han llegado a la piscina donde murió el pequeño Carl... Moriarty no es más que Jim de T.I en el Bart's... Un pasado sacado del infierno... Explosi...