Prefacio

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Nunca se había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque le habían sobrado los motivos en los últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esa situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contempló fijamente los ojos avellana de su cazador al otro lado del recinto, decorado con una piscina. Este le devolvió a ella y al hermoso ángel oscuro a su lado, la mirada, complacido. Seguramente, morir por otra persona, alguien a quien se estima, era una buena forma de acabar. 

Incluso noble...

SHERLOCK ed IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora