Odio a Jennie Kim. | Jenlisa

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La clase de biología había terminado. Lalisa se encontraba frente al escritorio del profesor mientras entregaba las anotaciones que había hecho con el experimento que hizo con la coreana. Jennie solo asentía callada y de vez en cuando daba una que otra mirada coqueta a Lisa.

El profesor les miró raro pero al final aceptó el trabajo. Les había dado permiso de poder retirarse y ambas chicas agradecieron, ya que olían mucho a tabaco y no querían que se diera cuenta que casi se habían fumado toda la cajita de cigarros que tanto amaba la coreana.

-Que tengan un buen día. -Contestó el hombre dándoles una última mirada asesina y ambas hicieron una reverencia.-

Ambas salieron al mismo tiempo del aula directo hasta sus casilleros. El casillero de Lisa quedaba a unos tres casilleros que al de Jennie. Abrió su casillero y sin verle la cara a la morena, preguntó:

-Jennie, ¿Tienes alguna otra clase más?

-No, esa era la últ... ¡Entra, carajo! ¡Estúpido libro! -Exclamó la coreana al ver que sus libros no entraban en su casillero.-

Lisa inclinó su cabeza para ver lo que pasaba con su amiga en el casillero de a lado y sonrió al ver como Jennie trataba de meter sus libros de una manera brusca.

La observó detalladamente y se pudo dar cuenta que cuando Jennie estaba frustrada, su ceño se fruncía de una manera que la hiciera ver como una pequeña niña de 8 años cuando no obtenía lo que quería. Su nariz se arrugaba y para el gusto de Lisa, eso le hacía ver muy tierna, era como una pequeña niña en el cuerpo de una adolescente.

Lisa soltó una risita cuando a Jennie se le cayó un libro. Jennie se dio cuenta de esto y dejó eso a un lado para poner sus manos en su cintura y atacar a Lisa con la mirada.

Lisa sentía que se moría de la ternura al verla tan frustrada. Cerró su casillero sin importarle que había metido y caminó hasta ella tocándole la naricita de una manera tierna.

-¿Nini está enojada? -Contestó haciendo voz de niña pequeña, cosa que hizo que Jennie se cruzara de brazos.- Deberías de ser más ordenada, Jennie. -Lisa se agachó para juntar el libro que estaba en el suelo, y lo empezó a acomodar en el casillero de Jennie mientras que la nombrada la miraba con una cara de pocos amigos.- ¡Tada! Viste, no cuesta tanto.

-Estoy a nada de pedirle a mi tío que mande hacer casilleros más grandes. -Respondió.- ¡Estoy harta!

-Aveces olvido que soy amiga de la sobrina del director, joder, que no me acostumbro. -Contestó Lisa rascándose el cuello.-

Lisa cerró el casillero de la morena y se recargó en el regalandole una sonrisa coqueta. En cambio, Jennie, seguía un poco molesta por los estúpidos casilleros que tenían en su universidad. Lisa le extendió su mano y Jennie la tomó con una sonrisa. Esa Jennie molesta se había ido gracias a la tailandesa. Caminaron juntas hasta la cafetería tomadas de la mano con una sonrisa en la cara de lado a lado, ya que los pasillos estaban vacíos en ese momento así que aprovecharon el momento pero al entrar a la cafetería, se soltaron.

Lisa vió que una de sus amigas estaba sentada en la mesa donde ellas siempre solían comer, así que invitó a Jennie a comer con ellas y Jennie con mucho gusto aceptó.

Jennie necesitaba quitar la imagen de idiota que tenia las amigas de Lisa sobre ella. Jennie quería cambiar y lo debía de lograr, poco a poco había quitado esa tonta imagen que Lisa tenia hacía ella, solo le faltaba hacerlo con el resto de la escuela pero sinceramente, no le interesaba del todo. Ella quería a Lisa, no a su universidad pero era claro que tenia que ganarse a sus amigas. El primer paso era poder tener una conversación sin que pensaran que quería algo así como aquella vez con Roseanne.