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Lalisa me había pedido que fuera a clases mañana por la mañana, ya que tenía algo familiar por la tarde.

Al llegar a su casa, primero entré a comprar una lata de Coca Cola, me senté en las bancas de afuera a tomarme la lata. Alcé mi vista a la ventana y estaba la más alta observándome desde ahí. Hicimos contacto visual pero luego Lalisa se separó de la ventana.

Al terminar de beber la Coca Cola, me acerqué a un bote de basura y la boté.

Caminé lentamente hasta la puerta de la Tailandesa, toqué el timbre pero esta vez la mismísima Lalisa Manoban fue la que abrió.

-¿Estás lista? -Preguntó pero, como no tenía permiso de hablar, no dije nada.- Jennie, puedes hablar, ando de buenas.

Alcé mi ceja sorprendía, ¿Manoban estando de buenas? ¡Atención a todos! La Paz mundial estaba cerca. Es un milagro.

-No arruines mi buen humor. Andando. -Tomó mi muñeca y me empezó a arrastrar hasta su habitación.-

Fruncí el ceño un poco sorprendida, ¿Esta es la mismísima Lalisa Manoban? ¿La misma Manoban que me odia a muerte?

Al llegar a nuestro destino, coloqué mi mochila arriba de la cama y saqué los libros que eran necesarios.

-Solo... uhm no, mejor no. -Susurré bajo para que no me escuchara pero fue en vano-

-¿Que decías? -Preguntó curiosa- Anda, Jennie, puedes hablar.-

-No, no es parte de las tutorías.

-¿Desde cuando Jennie Kim sigue las reglas? -

-¡Cierto! ¿Desde cuándo sigo las reglas? -Desde que me gustas y mucho, desde ese momento.- Desde que estoy en tu casa y mi tío me enseñó a respetar.

-¿Y en la universidad? ¿Qué pasa con la universidad? -

-Ay, chale, me humilló.

Ambas soltamos una risita al unísono. Abri el libro que tenia en el escritorio.

-¿Te sientes bien? ¿O por qué andas de buenas?

-Eh... me levanté con el pie derecho.

-Por favor, levántate siempre con el pie derecho.

-¿Por qué lo dices?

-Estás sonriendo y nunca lo haces estando conmigo, te ves linda haciéndolo. -Me encogí de hombros pero al darme cuenta de mis palabras, un sonrojo apareció en mi rostro.- Bueno... también eres muy linda cuando estás enojada y me quieres asesinar. --Dije esto en un susurro-

-¿Qué dices?

-No, nada, ignorame. -Contesté nerviosa.- ¿Seguimos?

-Estás... ¿Sonrojada? -Preguntó guardando una carcajada.-

-¡N-no! Ya, silencio. Tenemos que comenzar. -Solté un gruñido como respuesta y Lisa soltó una carcajada.-

-Que este de buenas, no significa que no te siga odiando. Me caes como el culo.

-Pues, como el culo. Así.

-¿Y cómo es como el culo? -Pregunté soltando una carcajada haciendo que Lisa frunciera el ceño-

-Pues, como el culo. Así.

-No, pues si. Tienes razón.

Odio a Jennie Kim. | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora