❝No pedimos lo que necesitamos, a veces el orgullo es más grande.❞
Toda acción tiene consecuencias, incluso las más mínimas e insignificantes acciones, inclusive la acción de las palabras, las cuales a nivel mundial eran capaces de generar guerras o conseguir paz.
Lo que ocurría en la mansión era un claro ejemplo de aquello, Ámbar no había premeditado las consecuencias que podrían tener sus palabras, pero pronto se dió cuenta de eso a la mañana siguiente de la fiesta cuando lo primero que se escuchó en aquella gigantesca mansión fueron los gritos de Luna y Ámbar.
—¡Quiero que te vayas! —gritó con furia la mexicana
—¿Quién te crees que sos vos para hecharme? —la rubia rió de manera burlezca y a la vez ya harta del tema, estaba sobre la hora para irse a la universidad y las tonterías de Luna no hacían más que retrasarla
—Por sino te ha quedado claro anoche, mi abuelo mismo lo dijo; Soy la dueña y heredera de toda la fortuna Benson, y eso incluye esta mansión —hizo un gesto con sus manos señalando su entorno —No quería llegar a estos extremos Ámbar, tu solita te empujaste a esto, por tu culpa mi abuelo anoche casi sufre un ataque al corazón, y no puedo permitir que sigas afectando su salud con tus estúpideces
—¿Mis estúpideces? Que Alfredo no estuviera preparado para escuchar tanta verdad junta no me hace culpable de nada ¿Vos y tus amiguitos no querían que dejara las mentiras y fuera honesta? Bueno, acá me tenes ¿Entonces de qué te quejas tanto? —la argentina avanzó hacia la castaña con los brazos cruzados sobre su pecho, alzando su mentón con suficiencia logrando intimidar a la méxicana quién comenzaba a encojerse en su lugar —Yo no me iré de acá, y si es a vos a quién no le gusta la idea entonces mudate, hasta donde sé tenes como diez propiedades más que esta.
—¿Cuál es el escándalo que tienen? —Mónica apareció en la sala acomodando el delantal de cocina a su cintura —¿Por qué le estabas gritando a la señorita Ámbar? —le cuestionó a su hija con el ceño fruncido
—Quiero que Ámbar se vaya de la mansión, mamá, no hace más que tratar mal a todo el que se le atraviese y lo de ayer fue lo que me colmó la paciencia —se cruzó de brazos observandome con desagrado —
La expresión de Mónica por las palabras de Luna fue algo digno de ver, sus cejas se alzaron sorprendida por lo que su hija exigía.
—Luna, no puedes hechar a Ámbar de la mansión, esta también es su casa —le replicó a su hija colocando sus manos en su cintura — sin contar también que es tu prima.
—Ella no es mi prima, solo es una adoptada por Sharon, y si puedo echarla porque esta mansión está a mi nombre —inclusive Ámbar quedó sin palabras ante Luna, ella núnca había actuado de aquella manera.
¿El dinero era capáz de cambiar a las personas?
¿De esa manera se comportaba había comportado ella cuando lo tenía todo?
Se cuestionó Ámbar mentalmente
—Lunita, nietita mía ¿Qué está pasando? —Alfredo venía bajando las escaleras con ayuda de su bastón en una de sus manos y de Miguel sosteniendolo del otro.
—¿Qué pasa? Pues pasa que acá la insoportable de tu "nietita" me está echando de la mansión —Ámbar se cruzó de brazos con claro enfado, observó el reloj de su muñeca y bufó al darse cuenta que su primera clase ya había comenzado y que posiblemente Emilia estuviera preguntandose dónde estaba.
—¿Cómo va a ser eso? Luna ¿Por qué quieres echar a Ámbar? —intervino Miguel una vez que llegó junto a su esposa dejando a Alfredo a un lado de Luna
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Destrúyeme; ꜱɪᴍʙᴀʀ
Teen Fiction❝Úsame, destrúyeme pero no me obligues a vivir sin ti.❞ Ella quiso aferrarse a la única luz que encontró entre tanta oscuridad Él no fue capáz de permanecer a su lado y se marchó apagando su humanidad. Ella cambió y él la quería de vuelta, pero esta...