Capítulo 3

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REINER

>>No, no puede ser ella, debe ser alguien más, ese uniforme...no, no es ella, estoy alucinando <<

La habían colocado a unas 2 camillas a la izquierda de Pieck por lo que pude ver un poco el estado en el que se encontraba: encima de la camilla, su melena castaña obscura se veía un tanto despeinada, sus brazos a su costado, el uniforme >>¿Porqué trae puesto eso? << se encontraba lleno de agujeros, el color de su piel no se podía ver porque estaba llena de raspaduras y barro, se notaba que había dado una dura pelea. La enfermera que se encargó de sacar a los otros dos soldados rápidamente saco su cabeza por la puerta y se escuchó claramente su grito.

-¡Su nombre, ¿Cuál es su nombre?!- se notaba la desesperación en el tono de su voz. >>Debe ser muy grave <<.

-¡Kaia!, se llama Kaia. – respondió una voz al otro lado de la puerta.

Al escuchar su nombre mi corazón dio un vuelco, e hice el ademán de levantarme pero La acción de Porco me detuvo.

Pasó de estar sentado en su camilla a ir corriendo con dirección a la camilla de Kaia, su rostro mostraba preocupación. Supongo que el mío también porque sentí cómo un par de manos se posaron sobre mis hombros al querer levantarme.

-Oficial Braun, por favor, no se mueva mucho, todavía tiene fiebre y puede ocasionarle más daño si no descansa.- la enfermera que me había cambiado el trapo de la frente había regresado.

Le hice caso solamente porque el dolor todavía no se iba. Recargué mi espalda sobre la cabecera de la camilla sin quitarle los ojos encima a Kaia. >>¡Despierta, por favor! <<

La enfermera trataba de despertarla porque se encontraba inconsciente pero parecía que nada surgía efecto. Porco se encontraba a un lado de su camilla pero no pude ver qué hacía o decía porque me estaba dando la espalda, creo que notó mi mirada porque pude observar cómo por el rabillo del ojo volteaba a verme con desaprobación.

-Soldado, por favor retírese- la enfermera que la estaba atendiéndola se dirigió a Porco.

-¡No, haga lo que tenga que hacer pero yo no me iré de aquí!- Porco inmediatamente se puso a la defensiva.

Por la puerta salió una de las enfermeras y regresó con el pelirrojo y el rubio, quienes se dirigieron hacia Porco para tomarlo por la espalda y retirarlo del lugar. Al principio dio batalla pero después de que el rubio le susurró algo al oído se calmó.

Regresé mi mirada hacia el cuerpo inconsciente de Kaia y lo vi, su brazo, la enfermera lo levantó y empezó a retirar las vendas improvisadas que se le habían pegado al músculo expuesto. Quería voltear hacia otro lado pero fue demasiado tarde, tenía una gran abertura que iba desde la muñeca hasta el codo, sin dudas había perdido mucha sangre, las vendas y todo lo que le retiraron eran completamente color carmesí.

-Hay que limpiar bien para que asegurarse de que no tenga infección, sino, será muy tarde.- escuché decir a una de las enfermeras. No podía dejar de mirar tal escena, creo que en cualquier momento mis ojos saltarán de sus cuencas. Horrorizado regresé la vista hacía mis manos, estaban temblando y yo no me había percatado de eso.

>>Kaia, resiste, por favor <<




KAIA

Me desperté de golpe por la pesadilla que mi "gran" mente decidió crear. Quería dormir un poco más, estaba cansada de entrenar todo el día. Aún acostada cerré mis ojos esperando a que el sueño se hiciera presente ya que por la ventana todavía no se asomaba ni un atisbo de luz. Pasaron varios minutos pero al parecer mi cerebro decidió hacer caso nulo a mi petición. Salí del cuarto con mi uniforme ya puesto procurando no hacer ningún ruido ya que mi compañera se encontraba plácidamente dormida.

Unsere Pflicht  | Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora