Capítulo 16

72 6 3
                                    

KAIA

Después de retirarme de la enfermería me dirigí hacia el taller, mientras iba caminando podía observar cómo estaban entrenando, realmente me sentía inútil al no poder estar con ellos, más que nada con Carl y Albert, todavía me sentía incómoda con los demás. Me fijé en las diferentes parejas que se habían formado y como estaba previsto Albert y Carl peleaban entre ellos, eran parte de los mejores en cuanto la pelea cuerpo a cuerpo, trabajaban bien en equipo, se conocen desde que eran pequeños, se entendían bastante bien, el único problema con ellos es que se distraen fácilmente cuando trabajan juntos.

Era entretenido observarlos, claramente los que sobresalían eran Porco, Reiner, Pieck y Colt, ya era común que la mayoría los retara para probarse a sí mismos. Incluso creían que al pelear contra Pieck ganarían pero estaban más que equivocados, por algo ella había sido elegida, no sólo por ser una cara bonita, era bastante intuitiva e inteligente.

Mi mirada se centró en ellos 4, era extraño no escuchar los gritos de los más pequeños al hacer sus propias actividades o haciéndose burla entre todos, la culpa me comía al saber que pude hacer algo para evitar aquello sin embargo sólo me quedé observando cómo corrían pensando en que alguien más les ayudaría. Cerré los ojos y bajé la cabeza recordando todo lo sucedido en esa noche, fue un golpe muy fuerte, nadie lo hubiera previsto.

El sonido de varias camionetas encenderse me hizo despertar de mis pensamientos. Recobré la postura para redirigirme a mi destino, el lugar era bastante amplio, se podían almacenar varios vehículos para su mantenimiento, tenía una altura lo suficientemente grande para poder alcanzar incluso la altura de uno de los Zeppelín para checar que todo esté correcto.

Como era de esperarse una vez puse un pie dentro de aquel recinto todo cayó en un silencio incómodo, recorrí el lugar con la mirada para encontrarme con varias caras, algunas sorprendidas y otras un tanto molestas. Después de unos cuantos minutos en silencio todo el ruido volvió a aparecer, me dirigí a mi "estación" que en sí sólo era mi lugar en donde había una mesa, una gran pared con algunas herramientas colgadas además de la puerta que llevaba al almacén.

Después de guardar mi morral en uno de los casilleros de la zona e ir a los baños para cambiarme al overol que utilizamos para no manchar el uniforme me dirigí a revisar todas las demás actividades que se estaban llevando a cabo. Para ser sincera me aterraba la idea de tener que mandar a los demás, prefería solamente dedicarme a lo mío en mi estación pero no había vuelta atrás. Dejé salir un suspiro al pensar en todo lo que debía hacer. Tomé una gran bocanada de aire para prepararme para lo siguiente: Revisar las actividades de aquellos que me recibieron con una mirada molesta.

Antes de pasar por su zona – la zona de mantenimiento de las camionetas y camiones – todos se callaron y sólo me observaban, de inmediato un escalofrío recorrió mi cuerpo y la incomodidad en mí aumentó al sentir las miradas clavadas en mi cabeza. Debía comunicarme con ellos para saber qué era lo que debían hacer y eran las personas con las que menos quería entablar una conversación.

Ellos habían sido los culpables de crear todos aquellos rumores acerca de mi relación con los guerreros, nunca he entendido la razón de ello pero desde que soy parte del taller no han dejado de surgir rumores, al principio me molestaban bastante pero después de hablarlo con Zeke me sugirió que no les hiciera caso, que no tenía porque centrarme en tonterías como aquellas y así lo hice.

Empecé a escuchar murmullos y entre estos pude lograr entender lo que decían.

¿No estaba muerta?

Se le ha de haber pegado la inmortalidad de tanto acostarse con ellos – Seguido de unas risas.

– ¿Qué hay de malo con estos camiones?- Les pregunté a los presentes tratando de ignorarlos, mientras observaba la hoja frente a mí para anotar cualquier anomalía dentro del vehículo.

Unsere Pflicht  | Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora