Habían pasado ya varias semanas, un mes exacto, desde que el joven pastelito se había instalado en aquella calle de tiendas. En aquel mes, cabe recalcar, que Jeon había adoptado una costumbre peculiar y que su mejor amigo sentía extraña. Cada mañana llegaba una media hora antes al trabajo solo para sentarse en su puerta y fumar esperando que llegara el peliengra a abrir su tienda.
Era gracioso, porque seguís abriendo la persiana a mitad por su altura, que era lo máximo que el pobre podía, y pasaba corriendo e incluso cubriendo su cabeza por debajo por el miedo a que se le cayese encima. Cuando Jeon y Jimin ya debían abrir su tienda es que llegaba el chico castaño que trabajaba junto al más pequeño y terminaba de abrir la persiana.
Y eso no era todo, JungKook había movido todo su mostrador para poder ver desde la caja registradora "casualmente" por la puerta de cristal hacia la tienda de objetos de segunda mano antiguos de enfrente.
Y así estaba ahora mismo, con sus codos sobre el mostrador y por ende sus manos sujetando sus mejillas, viendo como el chico de cabello negro y sudadera amarilla parecía pelearse con una máquina de etiquetado de precios.
-JK. -Le llamó Jimin desde su lado del mostrador, entrando junto a él tras despedir a un cliente. -Hazte así. -Dijo pasando su mano derecha bajo su barbilla, Jeon confundido le hizo caso. -Ya está, se te caía la baba.
Jimin soltó una sonora carcajada en lo que Jeon lo fulminó con la mirada antes de golpearle en el pecho.
-Es que es una cosita toda bonita. -Susurró volviendo a su antigua posición, el pelinegro estaba ahora hablando con el castaño y mostrándole la máquina de etiquetado. -Es un pastelito de fresa, seguro le encantan las fresas.
Jimin miraba a su amigo asqueado, era extraño verlo tan meloso y dulce con un chico con quién no si quiera había cruzado más de dos palabras. Bueno, Jeon ni si quiera había hablado aquella vez que estuvieron cerca. Pero era bonito, sin duda era adorable ver a su amigo tan tocado por un chico. Jimin nunca recordaba haberlo visto así por nadie.
-¿Por qué no le hablas? -JungKook volvió a verlo con duda, no, él era incapaz. De solo pensarlo moría de vergüenza, y eso era ridículo en él que era un "sin vergüenza".
-No puedo, lo voy a asustar. -Decretó agachando la cabeza hasta pegar su frente al mostrador.
-Eso es ridículo, si eres una masita con el chico. -Bromeó Park, ganándose otro golpe a ciegas de su amigo esta vez en las costillas. -Vamos. -Lo animó dando caricias a su espalda curvada. -Al menos ve a su tienda y finge querer comprar algo, no sé, así puedes verlo de cerca.
JungKook lo pensó, sería precioso y maravilloso volver a ver esa carita sonrojada pero de piel pálida de cerca. Mas de solo pensarlo su corazón se aceleraba, haciéndole sentir como un quinceañero enamorado. Idiota, porque ni él con quince años se había sentido así.
-No puedo. -Volvió a decir, su voz saliendo amortiguada por seguir con su gente pegada al mostrador. Jimin iba a replicar de nuevo, tal vez podría amenazarlo como buen mejor amigo que era, pero el sonido de la puerta abriéndose le hizo detenerse.
Mientras Jimin veía al nuevo inquilino en su tienda comenzó a golpear a JungKook con fuerza queriendo que reaccionara y elevara su rostro. Cuando este lo hizo molesto, pensando que solo quería que ejerciera de buen anfitrión y dependiente, su cuerpo se heló de golpe y quedó rígido como piedra.
-Hola. -Esa dulce vocecita, pero grave a su vez, llenó la tienda de ropa vintage. Jimin miraba a su amigo de reojo sonriendo al muchacho, pero Jeon parecía no poder reaccionar.
-¡Hola! -Saludó al fin Park, el chico se sonrojó e hizo una leve reverencia. -¿Querías algo? -YoonGi asintió tímido, literalmente su mejor amigo Tae le había chantajeado con que o iba él a esa tienda o le robaría a su Crush el chico malote y alto de tataujes.
-Soy el dueño de la tienda de enfrenre. -Jimin asintió sonriente, Jeon solo lo miraba poniéndolo más nervioso por su rostro serio e inexpresivo. -Se me ha estropeado la máquina de etiquetado, no sé si vosotros sabréis... -Dijo mostrándola, mas fue interrumpido por Park.
-¡Oh, sí, claro! -Gritó alegre, haciendo una ademán de mano para que el menor se acercara. -Kook es un experto en estas cosas, ¿verdad? -Su amigo reaccionó al fin mirándolo con sus ojos muy abiertos comenzando a negar con su cabeza asustado por tener que hablar con YoonGi.
-Oh, genial. -Susurró, al fin acercándose y tendiéndole la máquina. Jeon la cogió con manos temblorosas y comenzó a examinarla. Por suerte, incluso dio un soplido de relajación, solo debía recolocar las pegatinas que se habían enganchado donde no debían y habían salido de su carrete.
Mientras hacia el trabajo, YoonGi miraba sus manos tatuadas hacerlo. Eran tan sexys, que un pensamiento pecaminoso cruzó su mente haciéndolo sonrojar furiosamente.
-Ya está. -Susurró Jeon, con voz temblorosa y de nuevos elevando su vista hacia el chiquillo. Verlo tan sonrojado le hizo morder con ansia su labio inferior, quería morder esas mejillas adorables.
-Gra..gracias. -Tartamudeó, volviendo a tomar su máquina y haciendo una reverencia a ambos. -Si alguna vez necesitáis algo no dudéis en venir a mi tienda. -Ambos chicos más mayores asintieron agradecidos.
Aquel día terminó muy similar a los anteriores del mes, ambos con un fuerte Crush por el vecino de enfrente. Pero esta vez JungKook tenía más repertorio de palabras dicha en aquella voz que adoraba y YoonGi al fin había conocido esa voz masculina que lo había encandilado aún más.
Nota: Segundo encuentro, en el próximo vamos a por el tercero. 💜
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Pastelito ~ KookGi (Jeon JungKook~Min YoonGi)
FanficSinopsis: JungKook es un hombre de apariencia ruda y serio rostro. Co-dueño de una tienda de ropa retro junto a su mejor amigo de la adolescente Jimin. YoonGi es un adolescente de apariencia adorable y rostro tierno. Dueño de una tienda de artículos...