𝙱𝚎𝚕𝚕𝚊𝚝𝚘𝚛 -Fate: Saga winx

Capítulo 19

- Compartimos habitación Terra.
Y el jardín secreto gustaba porque era secreto. - dijo Stella.

- Ese no era el mensaje de la película.

Stella la miró con una cara de me da igual lo que dices y a Terra no le quedo más remedio que agachar la cabeza.

- Es un encanto. - soltó Musa.

- Está de broma.

- Solo es Stella. - dijo Gina con los brazos cruzados.

- Mi padre trabaja en el invernadero y el padre de Gina es el entrenador de los especialistas.
Por eso conocemos a los de segundo año; nos criamos por aquí cerca.

- Aparte de que yo iba a mirar como mi padre entrenaba a los especialistas; desde muy pequeña.
Así conocí a Stella.

- ¿Stella es de segundo año?

- Si, junto con Riven y Sky.

- ¿Y a Riven? ¿Cómo lo conociste?

- Cuando era pequeña; en el bosque.
Él le lanzaba piedras a un ciervo.

- Y tú como pacifista te interpusiste. - dijo Terra que sabía como continuaba la historia.

- Así es.

- Desde pequeño ya le gustaba hacer mal.

- Oye, Riven de pequeño era muy mono.

- Te tiraba de las coletas.

- ¿En serio? - Preguntó Musa.

- Sí pero se disculpó aunque lo empuje después.

- ¿Sabes que a los niños pequeños para que la niña que le gusta les preste atención hacen esas cosas?

- Me di cuenta tarde.

- ¿Y cómo te diste cuenta?

- Porque luego de empujarlo; vi como se aplastaban el ramo de mis flores favoritas.

- Pobrecito.

- Yo en ese momento pensaba que no quería ser mi amigo.

- Pues quería ser otra cosa; como ahora. - dijo Musa haciéndole una cara de pervertida.

- Cállate.
Cuando encuentres a alguien ya seré yo quien me ría.

𝟽 𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜

Una Gina de nueve años miraba con aburrimiento como su padre entrenaba a según lo que dice él "sus chicos".

Aunque eran demasiado buenos; eso ella no podía discutirlo.

Pero por su mente siempre pensaba que iba a ser mejor que ellos; que algún día si lo sería.

Y desde ese día Gina llevaba una libreta para después practicar en casa a escondidas de su padre.

Luego de estar apuntando todo el rato; pensó que le vendría bien u descanso.

Por lo que al ver que su padre no le hacía mucho caso; cogió y se marchó de allí tratando de que no la pillen.

Y todo salió a la perfección, hasta que la niña pequeña se choco con otra niña de su edad más o menos.

- Cuidado, casi me tiras mi tiara.

- No estaba mirando mucho.

- Eso ya se ve.
¿Qué haces tú aquí sola?

- Me escape de mi padre; estaba cansada de ver cómo peleaban unos chicos tontos.
¿Y tú?

- También me escapé; pero de mi madre.
Soy Stella, princesa de Solaría. - se presentó la niña rubia.

- Soy Gina. ¿Es verdad qué eres una princesa?

- Si. ¿Tú lo eres?

- Según mi padre yo soy su princesa.
¿Eso sirve?

- Si; vamos a jugar.

Y así unas dulces Stella de diez años y una pequeña Gina de nueve iban de la mano.

Para ir a tomar el té con los peluches de la rubia.

Y para Gina ese día de entrenamientos fue uno de los mejores.

Porque conoció a su mejor amiga; aunque algunas veces sea bastante insoportable.