𝙱𝚎𝚕𝚕𝚊𝚝𝚘𝚛 -Fate: Saga winx

Capítulo 24

Silva, Ben y Farah estaban reunidos en el bosque mientras Ben obtenía pruebas del cuerpo.

- Son restos carbonizados; por lo que puede significar solo una cosa.

- ¿Cuánto a pasado desde el último?

- Dos décadas.

- dieciséis años.

- Creía que estaban todos muertos.

- Se ve que no.

- La barrera cumple su función.
Habrá que limpiar todo esto; antes de que empiecen los rumores. - dijo la única chica del grupo. - Y Silva, dile a Gina, que no se deje llevar por chicos como Riven.

- Lo tendré en cuenta.

Dentro de la escuela un grupo de amigas estaban alrededor de una mesa llena de comida.

- ¿Quién ha visto el cuerpo del pastor? Haber todos morimos de viejos; sería por eso. - habló Terra.

Al acabar de decir aquello llegó Gina a la mesa con un bote de helado enorme y una cuchara.

- ¿Cómo has conseguido eso? - le preguntó Aisha.

- Riven lo trajo para mí. - soltó con una gran sonrisa. - No había nada con que ahogar las penas; por lo que fue a las cocinas y lo cogió prestado para mí.

- En definitiva, que lo robó.

- Lo que dije. - la chica dijo restándole importancia al asunto.

- ¿Qué penas quieres ahogar? - le preguntó Musa.

- Me quede traumatizada.

- ¿Has visto a alguien desnudo? - esta vez la que habló fue Terra.

- No, que asco.
He encontrado el cuerpo del pastor.

- Dios, ¿Fuiste tú?

- Lo que he dicho.
No hagas preguntas estúpidas, Gryffindor. - Aisha rodó los ojos al escuchar ese apodo.

- ¿Qué hacías tú sola en el bosque?

- Estaba con Riven.

- ¿Por qué estabais solos? Sabes que, prefiero que no me lo digas, que asco. - habló Terra.

- Solo salimos a fumar; por ahora no ha pasado nada de eso.

- ¿Cuántas veces te he dicho que dejarás de fumar?  Te puede matar.

- Todos morimos algún día.
Un día más un día menos. - contestó Gina sin importancia metiendo una cucharada del helado en la boca.

- Y además voy a buscar a Sami; desde todo ese lío no he podido ir a verlo. Adiós chicas.

- Chao.

Gina estaba buscando por la fiesta a Sam hasta que chocó con una persona.

- Oh Dios, lo siento.

- No pasa nada, Gi. - le dijo Stella. - ¿Has visto a Sky?

- Creo que lo he visto por las columnas, pero no estoy muy segura.

Tan pronto dijo eso; Stella fue en dirección a las columnas.

Después de pasar un buen rato buscando por fin lo encontró.

- ¡Por fin, te encuentro Sami! - Gina se abalanzó sobre los brazos de Sam.

- Cuidado, chica peligro. - le respondió el chico; intentando mantener el equilibrio por el peso repentino de la chica.

- Te he echado de menos; me hacías mucha falta estos días.

- Pues escuche de un pajarito; que estabas en muy buena compañía.

- ¿Quién fue? ¿Fue el rubio teñido, verdad?
No se puede callar nada; tendré que utilizar la fuerza bruta y coserle la boca o mejor aún cortarle la lengua, como en los juegos del hambre.

- Fue Terra. ¿Le vas a cortar la lengua a ella?

- No, como puedes pensar eso.
Terra es un bebé; es mi bebé y quien le haga daño se las verá conmigo.

- Si se meten conmigo también se las verán contigo, ¿a qué si?

- Tú ya eres grande.
Además eres súper Sami; atraviesas unas cuantas pareces y ya no te molestan porque se habrán estrellado contra una.

- También tienes razón.
Y cuéntame ¿cómo te ha ido con tu príncipe de porro en mano y brillante armadura?

- Eres un idiota. - le dijo Gina pegándole un puñetazo en el brazo.

Lo que no sabían, es que un celoso Riven, miraba como ambos se reían.

Y todo el mundo sabe que pasa con los celos; crean problemas o hacen que el amor se confiese antes.