Día 5: Primera vez

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Dia 5 : Primera vez

Hay veces en la vida que deseas algo, que no puedes pedir directamente, que no te atreves a decir en voz alta por ser algo que podría resultar incómodo o complejo.

Kohaku se sentía abrumada. No sabía cómo actuar con Senku. Pensó que todo era más fácil de callar antes de que empezaran a salir juntos.

Porque sí, ambos eran novios, luego de circunstancias muy extrañas. El científico la sorprendió con que ya sabía sus sentimientos por él y que, además, le correspondía.

Vaya que habían pasado casi dos años de eso, y Kohaku se empezaba a preocupar de si él no sentía ningún deseo por ella. Se besaban, claro, habían abrazos, muestras de afecto… contadas, pero las habían. Lo único que no intentaban era llegar mas allá.

Así, muy agobiada con el tema, decidió contarle todo a la única persona con que tenía la confianza: su hermana Ruri.

—Entonces, ¿qué crees que debo hacer, Ruri-nee? —estaba algo sonrojada por lo que implicaba el tema, pero no podía callarlo más.

—Bueno… en el caso de Senku-san… ¿Por qué simplemente no se lo dices? Creo con él lo mejor es ser directa —aconsejó su hermana, que también se encontraba algo avergonzada, pero muy seria.

—Pero… ¿Y si dice que lo aburro o fastidio y termina conmigo? —se mordió el labio, preocupada.

—Kohaku, estoy segura que él jamás te va a dejar —afirmó con una sonrisa. Antes de que hablaran más una chica interrumpió en el lugar.

—Emm lo siento, no quise escuchar eso —se disculpó Yuzuriha muy apenada.

—No, está bien, no te preocupes, sólo es una tontería —aseguró Kohaku tratando de esconder su rostro rojo como tomate.

—No me parece que lo sea, Kohaku-chan. Tal vez él se siente como tú, pero no sabe cómo decírtelo.

—Tal vez darle pistas puede ser buena idea —sugirió Ruri.

La novia del científico asintió. Senku era muy inteligente, podía entenderlo fácilmente.

Con ayuda de Yuzuriha se vistió con ropa diferente a lo normal: se puso una falda azul y una bonita polera con diseño de mariposa. Su cabello suelto y decorado como en la isla del tesoro.

Luego de que la arreglaran y aconsejaran fue en busca de Senku.

Lo encontró viendo los planos del avión que harían para facilitar aún más los viajes. Cuando se acercó lo suficiente todas las miradas se dirigieron a ella, menos la del joven de ojos rojos, que seguía observando fijamente los planos, hasta que recibió un codazo del mentalista.

Al alzar su vista, sintió cómo se desconectaba brevemente del mundo. Kohaku estaba parada ante él, pero la rubia estaba muy diferente de lo normal. No era que no se viera hermosa, pero no era ella misma.

—¿Sucede algo, leona? —cuestionó el chico.

—Yo… sólo quería venir a verte, pero si estás ocupado, me voy —se dio vuelta para salir de ahí y dejar de hacer el ridículo. ¿En qué estaba pensando? ¡En el laboratorio siempre habían más personas!

Él se preocupó cuando ella ignoró el apodo y por verla tan rara, aunque hermosa. Agitó la cabeza para concentrarse.

—Espera, Kohaku, aprovecharé de tomarme un momento de descanso —hizo señas a Ukyo y Ryusui para que continúen trabajando y tomó la mano de la rubia para salir de ahí y para evitar las miradas de todos sobre ellos.

SenHaku WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora