Capítulo 27.

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Jimin se despertó poco a poco, sus ojos rodaron por la habitación en la que estaba. Sonrió al ver las dos enormes letras pegadas en el techo y comprobó que estaba solo en la cama. Hizo un puchero, pues no había podido despedirse de su alfa. ¿Qué hora serían? Se volteó sobre la cama y miró el reloj que había en la pared. Sus ojos se abrieron al ver que eran las diez de la mañana. ¿Tanto había dormido? Ni se dio cuenta, sólo sabía que cuando Jungkook lo abrazaba, se iba a un mundo completamente diferente. Bostezó y se quedó un momento más en cama, despertando por completo. El olor de Jungkook estaba en todos lados, por lo que no quería dejar la cama.

Decidió bañarse en su nuevo baño. Una sonrisa se le asomaba en los labios con sólo pensar eso. "Su baño... su cuarto... su alfa..." Todo era simplemente genial. Caminó desnudo y abrió las puertas de vidrio. Era asombroso, en ese momento supo que Jungkook estaba más que podrido en dinero. Sonrió y comenzó a lavarse el cuerpo. Un nuevo día lo esperaba.





♦♦♦






Jin estaba entrando por las puertas de la empresa Jeon Army. Llevaba su traje bien puesto, su cabello bien peinado hacia atrás. Las cosas no iban como el alfa lo esperaba, sus jugadas con Jungkook iban acabando de apoco, no entendía como es que el pelinegro no le daba la oportunidad a un alfa como él.

"Necesito un omega que querer, no un alfa que dominar." Fue lo que le había dicho el día que terminaron. Jin sintió tanto enojo hacia los omegas, que se fue a follar al primero que conocía.

Pasó por encima a la recepcionista, y sabía el camino a la oficina del pelinegro de memoria. Varias de las betas y de las omegas que trabajaban en la planta tres lo miraron con el ceño fruncido, preguntándose un: "¿Qué hace aquí?" con la mirada.

Sin embargo, el alfa continuó con su camino. Los trabajadores estaban muy ocupados como para ver al alfa que caminaba por ahí. Unos momentos más de mover sus pies y llegó a la oficina de Jeon. Entró sin pedir permiso y caminó hacia el alfa bajo la mirada de confusión de éste. Jin tomó la mano de Jungkook y la puso sobre su pene.

—No sé cómo puedo dejarte en claro cuánto te deseo más que con esto. —dijo el alfa moviendo la mano del pelinegro sobre su pene erecto, Jin hizo que le tocara las bolas. —Sé que no puedes resistirte Jungkook.

Jeon se levantó enojado. No lo podía creer. ¿Quién se cree Kim?

Tomó los testículos de Jin y parte de su erección. La apretó con fuerza, al punto de hacer que el alfa se quejara del dolor. El alfa puso su mano sobre la de Jungkook para tratar de alejarlo, Jeon lo miraba con fuego saliendo de sus ojos.

—Escúchame bien maldito imbécil. —Jungkook apretó más fuerte. —Que sea la última vez, que me vienes a joder con tus estupideces. —hizo más presión, los ojos del alfa se aguaron por el dolor. —Tengo muchas cosas en la cabeza y tu trasero sólo me estorba. Me das asco y pena. Nunca voy a amarte maldito alfa desquiciado. Deja de jugar al niño casanova y compórtate de una maldita vez como un adulto.

Jin a ese punto estaba con una mano en la pared, no supo en qué momento había llegado ahí, y otra mano sobre la muñeca del otro alfa. Sentía un dolor tremendo, Jungkook apretaba sus genitales tan fuerte que temía que le causara un problema interior.

—J-Jungkook... suéltame. —dijo con la voz débil por el dolor.

—No necesito tu asqueroso pene para ser feliz. —las punzadas estaban comenzando a atacar a Jin. —Lo tengo todo, incluso a un hermoso omega, no quiero que me estorbes en la vida, porque un amor entre tú y yo nunca, NUNCA, va a existir. —el pelinegro dio un último apretón, lastimando a Jin antes de alzar su puño y descargarlo en la mandíbula del alfa.

Jin cayó al suelo, sintió su labio hinchado y lo tocó mirando la sangre que descendía de éste. Su otra mano sobaba su pene tratando de aliviar el dolor. No entendía cómo mierdas Jungkook lograba humillarlo de esa manera. Miró al alfa con odio, fuego saliendo se sus ojos mieles, que continuaban un poco acuosos.

Se puso de pie a como pudo, cojeando en el intento.

—Sabes que no me detendré. —dijo el alfa. —Tú puedes ser feliz, pero sabes que muy en el fondo también me deseas.

—¿Eres omega y te llamas Jimin? —dijo caminando amenazadoramente hacia él. Jin negó. —Entonces no quiero saber nada de ti. Vete al infierno. Vuelves a entrar por esa puerta y yo mismo te saco a patadas.

Jungkook empujó a Jin fuera de su oficina. El alfa se fue caminando con un dolor punzante en sus genitales. Jeon se fue al baño de su oficina y se colocó jabón líquido antes de revolverlo en el agua, recordar la sensación del pene de Jin le daba asco y ganas de vomitar. Se lavó las manos una y otra vez para luego secarselas y volver al trabajo.

"Ni que fuera Park Jimin para no resistirme." Pensó con enojo volviendo a su laptop.





♦♦♦






Tae Hyung estaba tomando la mano de su alfa. El auto los había dejado en frente de la casa de los Jeon, ahora el omega estaba tocando el timbre. Eran las cuatro de la tarde. Tae Hyung sonrió emocionado cuando la puerta se abrió. Saludó a la beta que estaba como sirvienta entró a la casa. Ho Seok hizo lo mismo, saludando a Magdalin con un abrazo.

Entraron a la casa y la beta los guió a la sala.

—Si quieren pueden esperar mientras les traigo un bocadillo. —dijo la beta con amabilidad.

—¿Está Jimin?—preguntó Tae Hyung rápidamente.

—Sí, él está en...

—¡Maggie! ¡Auxilio! —escucharon una vocecilla.

—La cocina. —terminó la beta.

Todos se dirigieron a la cocina para ver qué era lo que estaba pasando. Todos se encontraron con un pelirubio lleno de batido en la cara.

—Pequeño Jimin. ¿Qué sucedió? —dijo la beta tomando un paño y dándoselo a Jimin.

—E-Es que... la licuadora empezó a vibrar en mi mano y-y... me asusté, entonces solté la tapa y todo se regó... lo siento mucho...

—No te preocupes. —sonrió Magdalin.

Los ojos de Jimin se concentraron en las dos presencias que lo veían con una sonrisa.

—H-Hola...—saludó con las mejillas encendidas.

—Mejor ve a la sala con ellos. —dijo la beta. —Ya te llevo tu delicioso batido.

Jimin asintió apenado. Tea Hyung se acercó y lo tomó de la mano, guiándolo a la sala.

—¡Jimin! —dijo feliz.

—Y-Yo... emm... ¡Taee! —dijo en el mismo tono.

Ho Seok sonrió al ver como su omega comenzaba a hablar, hablar, preguntar y preguntar sin parar. Miró su reloj, todavía faltaba una hora para que Jungkook llegara.

𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐡𝐮𝐫𝐭 𝐦𝐞 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 | 𝕬𝖉𝖆𝖕𝖙𝖆𝖈𝖎ón [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora