𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐡𝐮𝐫𝐭 𝐦𝐞 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 | 𝕬𝖉𝖆𝖕𝖙𝖆𝖈𝖎ón [EDITANDO]

Capítulo 29.

Jimin estaba acostado con su cuerpo completamente estirado a lo largo de la cama, un alfa sobre él, besándolo hasta más no poder. Los labios de Jungkook reclamaban la boca del omega con desesperación, había extrañado a Jimin, lo que había deseado en todo el día era poder besarlo. Y ahora que lo tenía enfrente, no iba a dejarlo.

El alfa se deshizo de su bóxer y continuó con los de su omega. Jimin se sonrojó cuando sintió los labios del pelinegro en su estómago, repartiendo besos en lo primero que se encontrara. El omega acariciaba el cabello del alfa, deleitándose con el tacto y la vista de tener a un hombre tan hermoso como lo era el alfa.

Las manos del mayor se colocaron en cada nalga del chico, con una sonrisa en sus labios.

-Me encantas, Jimin. -dijo Jungkook acariciando su trasero. Sus manos exploraron el cuerpo del omega antes de quedarse en su espalda.

No sabía qué hora era, ni a Jungkook le importaba mucho que tenía que levantarse temprano, sólo sabía que necesitaba sentir a Jimin, necesitaba tocar su piel, besar sus labios.

-¿Alfa? -se escuchó la voz del omega. Recibió un ronroneo como respuesta. -¿Cuántos omegas haz conocido? -preguntó el pequeño.

Jungkook se detuvo de succionar el pezón de su omega y lo miró a los ojos.

-¿Por qué? -dijo curvando una ceja.

-Sólo... curiosidad...-Jimin se encogió aún con Jungkook entre sus piernas.

Bien, Jungkook no sabía cómo su omega iba a tomar la respuesta, uff, había estado con muchos omegas, modelos, futbolistas, actores, empresarios, doctores. Omegas de la alta sociedad. Los ojos de jimin esperaban una respuesta, Jungkook suspiró y besó los labios de su chico.

-No sé la cifra exacta, pero han sido muchos. -Jungkook  vio como el pequeño desviaba la mirada con los ojos cristalizados. -Pero, hey...-sonrió el alfa. -No te cambiaría por ninguno de ellos, nunca.

-¿E-En serio? -dijo Jimin con esperanza en la voz.

-Sí amor. Sólo mírate, nunca cambiaría tener a un rubio de ojos cafés los cuales de cerca puedes ver que contienen un poco de verde el cual puedo tener desnudo para mí solito. -dijo coqueto y posó sus manos en la cintura de Jimin.

-P-Pero... y-yo soy feo...

Jungkook detuvo los besos que apenas había comenzado en el pecho del omega. Lo miró serio, intimidando a Jimin, que a este punto no sabía hacia donde ver.

-¿Eso crees, eh? Bien. -Jungkook se colocó de pie, dejando su desnudez al aire y buscando su ropa interior en el suelo.

-¿Alfa? -la voz de Jimin delataba preocupación.

-Dormirás solo esta noche.

-¡No! Alfa... alfa, lo siento... no... p-por favor...-dijo Jimin comenzando a llorar. No podía, él necesitaba a su alfa o su instinto omega no lo dejaría dormir en toda la noche, necesitaba los brazos de Jungkook. Su pecho dolía con tan sólo pensar en que no podría dormir con su alfa.

Jimin hizo ademán de levantarse para seguirlo, pero Jungkook se volteó con una postura amenazante.

-Te quedas aquí. -ordenó, casi usando su voz de alfa. Jimin lloró.

-Por favor...-hipó el omega.

Jungkook lo ignoró y caminó hacia la puerta, cuando tomó la manilla de ésta, sintió unas manos abrazándolo por su cintura desnuda. Sintió la mejilla de Jimin en su espalda, escuchando como el omega lloraba, posteriormente unos besitos también, las manos de Jimin se aferraban al abdomen del alfa. Jungkook era más alto que él, por lo que Jimin apenas le llegaba a los hombros.

-Lo siento, lo siento... no me dejes alfa...-lloraba abrazando a su alfa.

Jungkook suspiró y le tomó las manos, volteándose para quedar frente a frente con su omega. Tomó la barbilla del pelirubio y lo hizo verlo a los ojos, Jimin lloraba mientras que abrazaba al alfa con todas sus fuerzas.

-Jimin. -dijo Jungkook.

-No, no, no... no quiero dormir sin ti...-sollozó. -Perdóname alfa... es que...-Jungkook besó sus labios.

Cargó al omega y lo acostó sobre la cama, se volvió a deshacer de su ropa y abrazó a el pelirubio.

-Escúchame bien, Park. -el castaño lloró más al escuchar el tono de voz con el que el alfa le estaba hablando. -Que sea la última vez que te escucho decir eso. -dijo enojado. -Y primera y última que rechaces un castigo.

Jimin asintió sin dejar de llorar, él quería a su alfa, no quería estar lejos del pelinegro. Jungkook lo besó un rato más antes de usar a su omega como cómoda almohada y dormirse en los brazos de Jimin.

♦♦♦

Sí bien, la vida no podía ser más hija de puta con Min Ho. El omega estaba sentado en su cama, viendo el enorme moretón que estaba en su mejilla y parte de su ojo. Sí, había escogido peor momento para decirle al alfa, pero era mejor que supiera lo más antes posible.

Jin lo había golpeado varias veces hasta dejarlo en el suelo, lo había follado otra vez, todavía le dolía el trasero. Se acarició el estómago, no podía creer que estaba esperando un hijo. Aunque era demasiado probable, tener sexo sin condón y que el alfa se corriera siempre en su interior daba muchas explicaciones. No sabía qué hacer, él tenía tres trabajos y apenas le alcanzaba para subsistir. Pagaba renta, agua, luz, tenía que comprar comida, tenía varios aparatos electrónicos que ya casi no funcionaban y ahora tenía que afrontar las necesidades de un bebé.

Sus ojos se aguaron y comenzó a llorar en silencio. Necesitaba a Jin, a pesar de todo, lo necesitaba. No resistiría atravesar este proceso él solo. Lo que el omega no entendía era: ¿por qué Jin no lo quería? Sabía perfectamente como el instinto alfa del castaño lo reclamaba, pero el mayor era muy necio.

Jeon Jungkook, ese era el problema de Jin. Min Ho sabía que el alfa lo trataba así porque quería a Jeon. Era su culpa, él fue quien se había enamorado del empresario, sabiendo que Jin no lo quería para nada más que sexo. Sollozó y se puso de pie un poco adolorido, pronto su turno en la cafetería comenzaba, lo peor era que Jin no le había dado ni un euro por los días que estuvo ayudándole en la empresa.

Se colocó el uniforme de trabajo y esperó que fuera la hora. Comió un poco de pan con una tajada de queso que era lo que quedaba en su refrigeradora. No podía culpar al pequeño que estaba creciendo en su interior por sus desgracias, de lo contrario, saber que tenía un hijo de Jin dentro de él le provocaba cierta felicidad. Ese pensamiento lo hizo sonreír.

Un hijo de Jin y él. Por nada del mundo lo cambiaría.

Tenía la esperanza de que el alfa lo aceptara, porque de lo contrario, no sabría qué hacer.