Capítulo 55.

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Una pelea estaba siendo desatada en la oficina de Jeon. Jungkook gimió de enojo y dolor cuando el otro alfa lo alzó por el cuello y lo lanzó al suelo cerca de su omega. Jungkook jamás imaginó que Jin tuviera tanta fuerza, se compadeció del pobre omega al que dejó embarazado y trató de ponerse de pie. Miró a Jimin con preocupación, acercándose para hablarle mientras que Kim se acercaba.

—Vete amor...—dijo el pelinegro mirando con súplica al omega. —Yo resuelvo esto...

—P-Pero alfa...

—Jimin vete. —ordenó. Lo hacía por el bien del pelirubio, no quería que el chico volviera a temerle como la vez que lo vio luchando con su padre.

—No quiero dejarte...—murmuró con miedo, Jin había tomado los pies del pelinegro y lo estaba arrastrando.

—¡Vete ahora! —demandó antes de tomar fuerza y darle una fuerte patada en la mandíbula a Kim. Jimin se puso de pie y corrió a la puerta, volteando justo cuando Jungkook  tenía sus ojos rojos como los de un animal.

Y entonces en serio temió, ya que cuando un alfa o un omega cambian el color de sus ojos, significaba que estaban fuera de lugar y en una situación de máximo peligro. Y aunque Jungkook supiera como defenderse, sólo podía pensar en proteger a Jimin de Jin, mataría a ese alfa si le llegara a tocar un solo cabello a su omega. A este punto el ojimiel estaba corriendo a la oficina de Yoon Gi y tanto Jin como Jeon tenía sus ojos rojos. Iban a luchar con sus partes animales controlando cada movimiento.

El pelinegro envió un puñetazo al abdomen del otro alfa, haciendo que se encogiera de dolor. Jin tomó los cabellos de Jungkook y lo lanzó al suelo sin soltarlo, viendo como no dejaba de retorcerse mientras que trataba de devolverle algún golpe.

—Ni siquiera me diste la oportunidad. —dijo Kim ardiendo en enojo.

—Porque eres un imbécil, un desecho de la vida. —el castaño tomó la cabeza de Jungkook y la estrelló fuertemente en el suelo.

—¿¡Tanto te costaba amarme!? —gritó. Jeon tomó impulso con su pierna y le dio otra patada en las pelotas del alfa.

—¡No fuimos creados para el otro, entiéndelo! —logró ponerse de pie y ahora era él quien sujetaba el pelo del castaño. —¡Estás obsesionado! ¡Déjame en paz! —cada que decía una palabra, los nudillos del pelinegro se descargaban en la mandíbula de Jin.

—Te dije muchas veces... que te podía hacer feliz...—articuló a como pudo en medio de tantos golpes, la sangre derramándose de sus labios.

—¡Somos alfas imbécil! —lo soltó para comenzar a darle patadas. —¿No entiendes? Nos conocimos por casualidad, nada más, punto. ¡Yo no te amaré nunca! —gritó. —¿Por qué no lo aceptas?

—P-Porque...

—Ya tengo mi pareja, mi otra mitad, el hombre que me complementa. —susurró enojado viendo como Kim trataba de ponerse de pie. —¿Por qué pasas pena y no te dedicas a buscar al tuyo?

Los dos alfas estaban llenos de sangre, golpeados, agitados y mirándose con odio.

—Si hubiese sabido que me joderías desde el principio ni siquiera te hubiera saludado ni aceptado nada contigo. —se limpió un poco de sangre. —Te lo diré una última vez, amo a Jimin, me voy a casar con él, voy a tener hijos con él, él será la razón de mis sonrisas todos los días, será mi motivo de seguir adelante cuando no pueda más, será todo lo que tú no eres. Y no permitiré que arruines eso. ¿Te queda claro? —sus ojos habían vuelto a su color natural.

Jin no dijo nada, su alfa estaba humillado, pero a pesar de todo, estaba removiéndose en disgusto con solo tener la presencia de Jungkook ahí. Mientras que su parte racional solo se dedicaba a odiarlo, de hacerlo pagar por todo lo que le había hecho. Era un terco de primera, pero no sabía por qué se negaba tanto a dejar ir ese alfa. ¿Por qué? Esa pregunta no tenía respuesta. 

𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐡𝐮𝐫𝐭 𝐦𝐞 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 | 𝕬𝖉𝖆𝖕𝖙𝖆𝖈𝖎ón [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora