LIE 2

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Aquella cena ese día solo fue el comienzo de algo que no creíamos iba a ser tan importante para nosotros, él comienzo de nuestra historia.

Mi viaje de un mes se alargo a uno de tres meses al final. Los permisos y los cambios para la construcción del nuevo edificio que constaría de 13 pisos, cada uno con una temática diferente referente a Japón. Con un poco de suerte, las modificaciones ya no serían un problema.

Esos tres meses, Jimin y yo la pasamos en citas y salidas los fines de semana. Su compañía lograba aclarar mi mente y enfocarme enfocarme eficientemente en mi trabajo. Era increíble  como tan solo con su sonrisa lograba calmarme y con unas palabras darme la seguridad y confianza que necesitaba. Él es asombroso. 

Esta noche, siendo la última en el país, decidimos cenar en su departamento. Él vivía aquí desde hace mas de 10 años y se había graduado solo hace 2 años como arquitecto. Es por eso que no podía soportar verlo ser tratado como un asistente cuando el estudió para ser alguien más.

- La comida ya casi esta lista- me avisó desde la cocina. Asentí cerrando la revista que había fingido estar leyendo y suspiré. Mañana me iba y él no sabe la verdad sobre mi vida. Quizá sea mejor así, digo, muy probablemente nunca mas lo volveré a ver.

Pero no quiero dejar de verlo.

- ¿Pasa algo?- me tensé cuando sentí sus brazos rodearme mientras dejaba un tierno beso en mi mejilla. Me obligué a relajarme y pegue mi espalda al sofá.

- No es nada, solo trabajo.- murmuré con los ojos cerrados.

- Llevas así toda la última semana y se que no es por el trabajo, Kook.

- ¿Porqué más seria sino?- reí incómodo levantándome del sofá haciendo que el se incorpore tras este. Jimin me miró en silencio unos segundos para luego asentir.

- Ok, es trabajo entonces- giro para volver a la cocina- Estoy seguro que no estás pensando en como vas a dejarme sin que yo haga un drama.

Suspire y caminé tras él.

- Eso no es un problema para mi-lo abracé por detrás para detener sus pasos. Respiré sobre su cuello y dejé un beso ahí.- Pensaba pedirte que me acompañaras a Corea pero se que eso es mucho pedir.

- ¿Por qué crees eso?-murmuró. Lo solté y lo hice girar para poder ver sus hermosos ojos almendrados. Sus mejillas estaban sonrojadas y se veían tan maleable. Era perfecto.

- Porque tienes una vida aquí. No pienso obligarte a irte conmigo. No cuando lo nuestro es...

- ¿Algo pasajero?

- Yo no lo siento así, solo...es muy pronto quizá.

- Kook, dime algo-lo miré en silencio esperando a que continuara- ¿Tú me quieres?

- Si- respondí de inmediato, quizá muy rápido ya que el sonrió.

-Y si voy contigo, ¿lo nuestro por fin tendrá un nombre?- preguntó mordiéndose el labio inferior.

Dudé en segundo.

Jimin no sabía de mis hijos, y jodidamente no sabe que legalmente sigo casado. Esto gritaba "aléjate o dile por verdad". 

Estaba tentado a alejarme porque dejarlo entrar en mi vida iba a traerle muchos problemas y yo solo quería protegerlo. Pero es mas grande el querer tenerlo a mi lado para afrontar lo que sea juntos. Quizá si le digo la verdad, luego de enfadarse, logre aun quererme un poco.

- C-claro que si.- tragué duro y sonreí para ser más creíble, pero no funciono del todo.

- JungKook, ¿seguro no hay nada mas por lo que estés así?

Quizá era el momento...

- Solo...- Un ruido me interrumpió.

- Espera, la comida ya está.- me dijo corriendo a ver el horno.- Siéntate, podemos hablar mientras comemos.

Suspiré, quizá otro día.



Cuando el día llegó, me encontré teniendo un nudo en la garganta mientras esperaba mi abordaje al avión. Jimin estaba a mi lado con una sonrisa. Él me aseguró que el volver a Corea era por él, no por mi. Que necesitaba ver a su familia y amigos otra vez y que yo solo le había dado el empujoncito.

La verdad espero que sea así.

- Vamos Kook, es hora- prácticamente salto de su asiento y tomó su maleta para formar su fila. Se me pegaría su emoción si no estuviera asustado de lo que me espera allá. No le había dicho nada aún y sabía que iba a ser muy complicado explicarle todo porque tarde o temprano él iba a saber sobre mis hijos.

- No se si pueda dormir- rió- Estoy muy ansioso.- dijo mirando a los demás pasajeros en sus respectivos asientos.

- Quizá un abrazo te tranquilice- le sonreí y lo atraje a mis brazos. Bese su cien y suspiré agotado.

-Gracias- se removió buscado acercarse más a mi y suspiró- Eres el mejor, Kookie.

Sonreí por mi nuevo apodo. Jimin era tan dulce y atento, pero no me dejo engañar. Jimin puede ser caliente y atrevido cuando quiere. 

- Tú me haces mejor- le susurré.



No llevábamos ni media hora en Corea cuando empezaron los problemas. Jimin y yo ibamos en taxi hacia su nuevo departamento. Como el había vivido en Busan en su niñez, no tenia una casa en Seúl y tuvo que alquilar un lugar aquí.

- ¿No hay manera que me lo entregue hoy?....Si, pero....entiendo. Adios.

-¿Que paso?- el me miró haciendo un puchero.- No te dará las llaves- afirme.

- Dijo que aún no estaba listo el lugar y que se mas daría en una semana.-bufó derritiéndose en el siento.- Solo indícale un hotel al chofer, por favor.

- Vamos a Gangnam- dije en cambio. El chofer mi miro unos segundos para luego asentir. Le di la dirección exacta y continuó el recorrido. 

- Eso no suena a un hotel.- dijo aún con un puchero. Sonreí y besos sus carnosos labios.

- Vamos a mi departamento.

- P-pero Kook.

-No estés nervioso- lo abrace de lado- Solo será esta semana y luego iras a tu lugar.

- Esta bien- sonrió ya relajado.- Gracias.

- De nada, cariño.

Jimin me miro sorprendido. Nunca le había llamado  de otra manera que no sea por su nombre. Supongo que era una manera de no acostumbrarme a tenerlo conmigo, pero que carajos yo lo quiero para siempre.

Supongo que logró ver mi sonrojo porque rió volviendo a mis brazos.



LIER (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora