LIE 8

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Dos semanas.

Dos semanas de espera y agonía.

Dos semanas de angustia y desesperación viendo mi celular a la espera de una llamada o mensaje de él, pero nada pasó.

Y temo que no solo serán dos semanas sin saber de Jimin.

Dado mi estado actual, mis hijos no dejaron de cuestionarme y es entendible. Su padre ya no era el de siempre y como no tenía cabeza para crear otra mentira, solo atine a decirles la verdad con todo el cuidado que pude.

-¿Entonces sales con ese señor?- me pregunto mi hijo después de un rato de estar mirándonos en silencio. Mi pequeña jugaba con el cabello de su muñeca sin mirarme, pero sabía que me estaba oyendo.

- Salía- sonreí derrotado.- Papá le mintió mucho y él de decepciono.

-No entiendo eso, pero si que salías con un hombre. ¿Se daban besos?- dijo con una mueca.

-Besitos-rio mi hija aún con su mirada en su muñeca.

- Eramos como una pareja cualquiera,Honey.

-Pero ustedes son hombres. Mamá dijo que eso es antinatural y malo. Dijo que esas personas dañan a los demás.

Esa mujer... gruñi para mis adentros.

- Entonces ¿así me ves hijo? - pregunté devastado. Eso sí me dolería demasiado. Ho se levantó del sofá frente para sentarse junto a mi con sus ojitos tristes.

-No, papi. Creo que mamá solo se equivoco, ¿verdad?

- Mamá está confundida, solo es eso. - lo abracé con temor a un rechazo pero el solo me abrazó más fuerte y sentí que rompería en llanto una vez más como en estas 2 semanas.- Te amo, hijo.

- Yo también, pa.

-Yo también - gritó mi princesa corriendo hacia nosotros. Sentir el abrazo de mis hijos era reconfortante, casi podía sentir como me llenaba de energías nuevamente. Ellos son lo mejor que tengo.

-Princesa, ¿tu también entiendes a papá, verdad?

- Yo no entiendo papi, solo tengo 6 años. - Ho y yo reímos rompiendo el abrazo. Cargue a mi pequeña en mis piernas y besé sus largos cabellos negros.

- No importa, está bien asi. - mire a mi hijo y le sonrei- Solo espero que ahora nos podamos contar de todo. No más secretos y cualquier cosa que quieres decirme solo tienes que hacerlo. Siempre te escucharé y si no lo hago, solo haces esto- dije poniendo mis manos en sus mejillas sacándole risas a mi hija al ver a su hermano con más mejillas abultadas- y tendrás toda mi atención.

- ¿Lo prometes?- dijo levantando su meñique frente a mi.

- Lo prometo.

Al día siguiente tuve que volver a la compañía ya que mi trabajo lo requería. Había pasado dos semanas haciendo trabajo desde casa, pero mi jefe ya no podía seguir esperando a que este "mejor".

-Papá, mami ya llegó- puse el peine en su lugar y salí del baño.

- Esta bien cariño- le dije cogiendo mi chaqueta- Vamos por sus mochilas y podrán ir a la escuela. Recuerden que iré por ustedes a casa de los abuelos.

-¿Comeremos pizza?- me preguntó cuando llegamos a la sala.

-Claro, cariño- le ayude con su mochila y caminamos hacia la puerta, pero recordé que tengo otro hijo. - ¡Honey!- grité.

- Lo siento- dijo bajando las escaleras- mi cabello no se quedaba quieto- gruño y reí despeinándolo más. - ¡Papá!- grito con sus labios fruncidos. Reí y abrí la puerta encontrándome con ella.- ¡Mamá!- gritó él y mi hija lo imitó.

LIER (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora