The end

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Seré el fuego
Para poder iluminar
Una habitación vacía
Sólo para ti
Seré un luchador
Dame el trueno
Y saldré adelante
Sólo por ti
Porque tú también harías lo mismo
He encontrado una forma de manejar el miedo
Cuando estoy solo y no hay nadie aquí
Estoy mejor ahora que
como estaba antes
Sin huir
Pero aprendiendo a afrontar lo que me asusta.
-Isak Danielson.

.oO0Oo.

Morí.

Pero sobreviví.

Vaya, siempre quise decir eso.

Lo supe cuando abrí los ojos y una luz intensa de color blanco me cegó. Paseé la mirada por la habitación, estaba en un hospital. Vi una mata de cabello rubio y Draco se alzó sobre mi, aliviado. No llevo gafas, pero sé qué es él.

-Esta vez no vas a arrancarme la cara, ¿verdad?

Fruncí el ceño.

-¿Quien eres tú?- murmuré y Draco palidece en segundos. Me echo a reír hasta que un dolor agudo en el abdomen me hace parar.

-Maldito idiota- masculla Draco, pero me da un beso en la frente.

-Aquí el único idiota eres tú- farfullé, y me restriego los dedos en la cara. Allí noto que llevo un oxímetro en el dedo índice de la mano izquierda. Llevo una intravenosa y vendas en las manos y brazos.

-Me alegra que estés aquí de nuevo. Acabo de confirmar que morirás de viejo, en una cama mientras duermes, recibiendo a la muerte con los brazos abiertos.

Sonreí y traté de incorporarme ansiosamente, pero Draco no me dejó.

-Espera a que venga una enfermera.

-¿Donde está Ginny?

Draco hizo una pequeña mueca- Ella está bien. Si es que despierta...

Me quedo de piedra, pero veo que Draco reprime la risa y me incorporo lo suficiente para darle un fuertísimo puñetazo en el hombro. Él se ríe y se aleja.

-Me la debías.

Puse los ojos en blanco- ¿Y bien?

-Ella está perfecta, algo nerviosa y maltratada, pero no deja de rogar porque la dejen venir a verte. Te dispararon, Harry, ¿no recuerdas?

Arrugo las cejas y alzo la manta delgada que me cubre, llevo una bata de hospital, pero puedo sentir una molestia en el costado y sé que llevo vendas apretadas. De repente todo vuelve a mi como si de una película tratara.

-¿Y qué pasó?

-Te trajeron aquí. Te tuvieron que resucitar y todo- él señala mi pecho, agregando dos pequeñas cicatrices en forma de circulo en mi pecho- Te operaron. La bala no tuvo punto de salida y perdiste mucha sangre- me mostró una venda en su brazo- Mi hermosa sangre azul corre por tus venas.

Sonreí, casi echándome a llorar y estire mi mano para que él la tomara- Gracias, Drack.

Él se encoge de hombros, contento- Todo ha ido bien. Llevas dos días yendo y viniendo.

Tú y otros tipos de magia (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora