Demons

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Quiero ocultar la verdad
Quiero abrigarle
Pero con la bestia interior
No hay ningún lugar
que podemos ocultar.
No importa lo que criamos
Todavía estamos hechos de codicia
Este es mi reino
Cuando sientas mi calor
Mírame a los ojos
Es donde mis demonios se esconden
-Imagine Dragons.


.oO0Oo.

Los ojos llenos de lágrimas de Harry eran como una nueva estaca clavándose en su corazón dolorosamente.

Harry era el tipo de chico que nunca demostraba lo que sentía y lo ocultaba lo mejor posible para no preocupar a nadie. Y Ginny odiaba ese hábito con todo su corazón. La sobreprotección de su mamá acabó con sus nervios esa noche.

Quería protegerlo y amarlo, sin que él ni nadie pudiese evitarlo. Aunque eso sonará un poco psicópata. Se estremeció al recordar cuando él dijo con tanta frialdad "A mi me secuestraron". Como si ya no le importara en lo más mínimo y solo quisiera sacarse el miedo del cuerpo, de una buena vez.

Como si estuviera cansado de ser definido por eso.

Harry Potter tenía muchos más demonios de los que dejaba ver.

Él se separó de ella, muy callado, y se sentó derecho, mordiéndose el labio. Parecía contrariado.

-Lo sien...- empezo a disculparse ella de nuevo, pero Harry la interrumpió.

-Ni se te ocurra disculparte otra vez, Ginny- amenazó, así que cerró la boca y asintió. Ginny pudo entender que quería estar en silencio, por lo que se sentó derecha en su asiento y encendió la radio.
Dejó una canción de los Beach Boys; y bajándole casi todo el volumen, apoyó el codo en la puerta y su cabeza en la palma, dispuesta a quedarse ahí las horas que él necesitara.

-Ginny, voy a contarte algo- dijo, después de unos minutos tan de repente que la asustó- Y no es una historia que te va a gustar, es enferma, triste y probablemente vayas a llorar al igual que yo. Pero confío en ti, y creo que mereces saberlo. Y si no lo digo de una vez en voz alta, nunca sabré si lo superaré o no.

Ginny respiró hondo y se sentó de lado, quedando frente a él. Harry hizo lo mismo y tomó sus manos entre las suyas. Tenía las mejillas arreboladas y los ojos hinchados.

-Unas preguntas antes- él hizo un amago de sonrisa.

-No esperaba menos de ti, preciosa.

Le alegro el hecho de que aún fuera capaz de tratarla como siempre lo hacía. Él bajo la vista a sus manos unidas, huyendo del escrutinio de ella.

-¿Tú... tú sufriste mucho en esa historia?

Harry sonrió sin gracia- Eso es un eufemismo, Gin. Aún tengo pesadillas.

Se mordió la mejilla- ¿Tendrás un ataque después de contarlo? Porque mira que si lo tienes, me dará uno a mi.

Tal vez no era el momento de bromear, pero si Ginny no lo hacía, sucumbiría a la desesperación.

-Procuraré no tener uno.

Sonrió e hizo la pregunta a la que más necesitaba saber la respuesta- Una más. ¿Sabes que te quiero?

Tú y otros tipos de magia (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora