Stretch marks

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No tengo ganas de ponerme
maquillaje las mejillas.
Haré lo que quiera.
Amo cada parte de mi cuerpo
De arriba a abajo.
No soy una supermodelo de una revista
Estoy de acuerdo con no ser perfecta.
-Anne-Marie.

.oO0Oo.

-Dime qué paso, bebé- Arthur mira a su hija en el espejo retrovisor. La pequeña pelirroja está sentada con el ceño muy fruncido y los brazos cruzados. Ron está a su lado, jugando con su Nintendo.

-Un niño me metió un dedo en el ojo porque no se creía que era real, lo pateé y la profesora me regañó a mi.

-Lo peor es que fue en el ojito azul- Ron hace un puchero- Ese es mi favorito.

Arthur sonríe cuando Ginny lo mira mal.

-¿Y tú que le dijiste?

La niña se sonroja un poco y mira a su padre avergonzada.

-Le dije bruja. Y que era una estúpida. ¡Lo siento, papá, pero es que me enojé!

-La directora también dijo que la llamaste prostituta. Creo que ahora duda de nuestras capacidades como padres.

-No sé muchos insultos, papá. Fue lo único que se me ocurrió.

-Para empezar, prostituta no es un insulto. Segundo, tienes seis años, no deberías insultar a nadie.

-Lo siento.

Arthur miró de nuevo a su hija y suspiro divertido.

-Y menos debes insultar a tu profesora.

-Lo siento- vuelve a repetir.

Ron había apagado su Nintendo y miraba interesado.

-¿Y tú qué?- Arthur mueve la cabeza hacia Ron que muestra las manos.

-¡Yo no hice nada!

-La profesora dice que no prestas mucha atención en clases, Ronnie.

-Es aburrida- se defiende Ron y Ginny asiente, dándole la razón.

-Que haces torres con tus útiles y repiqueteas los dedos.

-Es difícil poner atención cuando esa bruja solo fastidia a Ginny. ¡Es una huelga de mi parte, papá!

Arthur sonrió. Él sabía muy bien lo que tenía Ron, después de todo, él vivía con eso.

-Mañana tienes que volver y pedir disculpas, Ginny.

La pelirroja resopló- Bien.

-Y tu presta atención, Ron.

Ron recostó su cabeza en el hombro de Ginny, suspirando lastimero.

-Si, pa.

.

-Y dijeron que parezco un palo de escoba por lo flacucha- murmura Ginny, con lágrimas en los ojos. Charlie hace un puchero y le acaricia el cabello.

-¿Desde cuando los niños son tan crueles?- pregunta Bill, enojado. Ron está sentado con Ginny en el mesón de la cocina.

-Yo les dije que cerraran la boca, pero no pararon- dice, disgustado.

-¿Se le pueden dar palizas a niños de 9 años?- pregunta George, desde la mesa.

-No juegues con eso, Georgie- suspira Percy, mientras saca el cartón de jugo del refrigerador.

-¿Crees que jugamos?- Fred se ríe- Qué dulce.

-Yo les dije que los golpearía si seguían, pero eran cuatro. Me encerraron en un casillero- sigue contando Ron- Lo siento, Ginny.

Tú y otros tipos de magia (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora