Elegidas de Karmaland

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Nadie recuerda la historia con exactitud, solo sabían que sus antepasados habían sido salvados, no solo por los grandes héroes de Karmaland, sino por las elegidas. Toda la gente del pueblo había sido puesto a salvo por los 9 chicos que tenían aquel trabajo de protegerlos, así que ninguna persona estuvo cerca para observar el espectáculo.

No podían creer lo que observaban.

El enorme cráter había destruido la mitad del pueblo, dejando llamas, netherrack y otros materiales al rededor, el aire caliente del lugar quemaba sus pulmones.

Y eso era lo de menos importancia, realmente esperaban el fuego, la destrucción, el caos. Todos observaban aterrados al agujero negro que se había formado en el medio del cráter, el cual movía los árboles y el cabello largo hacia su dirección. Observaban cómo podía absorber pequeñas cosas como materiales de casas que habían sido destruidas por el meteorito. Y con cada cosa que entraba, crecía un poco más.

— ¡La gran estrella tiene hambre! — el grito emocionado de Nieves llamó la atención de todos — ¡La gran estrella devorara todo! —.

Todo comenzó a cuadrar para todos, la gran estrella de la que la pelirroja estuvo desde que se presentó el meteorito era un agujero negro, pero ¿Cómo lo sabia?

— ¿Por qué nunca me lo dijiste, Nieves? — Rubius preguntó preocupado, ¿Qué otras cosas sabia su novia?

— Siempre lo dije, ahora es cuando la estrella comienza a rugir — y como si de una profesión en tiempo real se tratase, un estruendo se escuchó, que retumbó sus oídos con fuerza.

El agujero negro comenzaba a crecer lentamente, ocasionando que el movimiento de los arboles fuera mas brusco, tirando algunos a su paso, absorbiéndoles con rapidez.

— Busquemos sobrevivientes y evacuemos el lugar para pensar que hacer — ordenó Vegetta, todos asintieron, comenzando a correr por el pueblo, tratando de encontrar personas, animales o algo que tuvieran que salvar.

Sin embargo, Lana no se movía, observaba con profundidad el agujero negro que crecía con rapidez. Sus grandes ojos azulados se negaron a mirar otra cosa que no fuera aquel orbe. Parecía como si de un hechizo se tratase.

— ¡Lanita, tienes que moverte! — Luzu intentó tomar el brazo de la rubia, ella estaba paralizada.

Se sentía hipnotizada por la oscuridad que emitía el peligro.

— ¡Cuidado! — Alexa notó como un árbol se dirigía con rapidez hacia ellos, utilizando su habilidad, se lanzó hacia la pareja, tumbándolos en el piso, evitando que se lastimaran. Pero la fuerte reacción del agujero negro, hizo que se elevara un poco con la intención de absorberla, Luzu se apresuró a tomar su mano para jalarla y ponerla a salvo.

Debían cuidarse entre todos.

— ¡No hay nadie en el pueblo! — Akira exclamó desde un lado, las casas se encontraban completamente vacías, sin señal de humanos o animales que pudieran lastimarse; o peor aún, quedar atrapados en el agujero negro.

— ¡Debemos salir de aquí entonces! — Gritó Vegetta saliendo de otra de las casas— ¡Pasen el mensaje! —.

Akira corrió hacia donde Willy y Kristina yacían escondidos, pues la morena aún seguía embarazada y no podían arriesgarse a ponerla a en el peligro.

— Vegetta dice que debemos... — Como si de un pinchazo en su pecho se tratase, su voz se cortó. Quedó congelada en su lugar, al parecer Kristina igual. Pues ambas habían palidecido. Willy les observó preocupado.

— ¿Chicas? — Kristina se levantó cuidadosamente, parecía estar en la misma condición que Lana desde un principio. Ambas comenzaron a caminar hacia el cráter, alejándose en el proceso. — ¡Algo le pasa a las chicas! — aviso desesperado, siguiendo a su pareja de cerca, cuidando su camino.

No tardaron mucho en darse cuenta de que ahora no solo era Lana, Akira y Kristina, todas habían comenzado a andar, tomando un lugar alrededor del cráter, posicionándose perfectamente separadas en la misma distancia. Parecía que la gravedad y atracción del agujero no les afectase en nada.

Una figura a la lejanía de Karmaland sabía lo que estaba a punto de ocurrir. Y como si de un control remoto se tratase, susurró un leve "ahora".

No por nada habían sido llamadas las elegidas. Pues esta profecía estaba designada a ocurrir desde el inicio de los tiempos.

Habían sido elegidas para proteger Karmaland desde el momento en que fueron creadas. No de una guerra, monstruos, gigantes o mobs nocturnos como lo hacía los Héroes. Los Dioses se encargaron de dejarles esta tarea, ellos me dijeron que Alexa buscaría respuestas y cuando nos encontramos, sabía que solo sería cuestión de meses para que aquel caos ocurriera.

¿Qué pasó después? —

La mujer sonrió.

Akira soltó un pequeño jadeo al sentir la luz dorada salir de su pecho y chocar directo en el agujero negro. Ella siempre había sido una luz guía para cualquier persona en su reino.

Kristina mantenía sus ojos cerrados mientras la luz verdosa, con pequeñas hojas cayendo de ella, al sentirla salir de su pecho y chocar directo en el agujero negro. Ella siempre había tenido una conexión con la naturaleza, logrando que la fauna de su hogar siempre fuera perfecta. (No fue sorpresa que todas las flores se marchitaran en su partida)

Alexa hacia una mueca de su boca al sentir la luz gris salir de su pecho y chocar directo en el agujero negro. Ella era la viva imagen de la libertad, era el viento que viajaba hacia donde su corazón decía.

Nieves, sin embargo, sonreía y extendía sus brazos, dejando salir la luz blanca de su pecho y chocar directo en el agujero negro. Ella siempre tenía la piel helada, no era de asombrarse, Ro aún permanecía en para centímetro de su pálida piel.

Dulce observaba fascinada la luz azul con pequeñas gotas cayendo de ella, como si de una fuente de agua se tratase mientras salía de su pecho para chocar directo en el agujero negro. Ella siempre había sido tan fluids como aquel líquido que controlaba, se adaptaba y aceptaba los cambios con facilidad.

Mónica lucia confundida al observar la luz rojiza salir de su pecho y chocar directo en el agujero negro. Ella, tan brillante como el fuego al igual que su furia y su gran deseo por proteger a los demás ardía con la intensidad de mil soles.

La mirada de los héroes recayó en la única doncella que no se había unido a las chicas aún.

Lana parecía confundida.

— ¿Lanita? — preguntó Luzu, notablemente preocupado.

Cerró sus ojos y movió sus manos, las cuales estaban cubriendo su pecho, solo fue hasta que escuchó aquella voz que sabía que debía hacer lo que clamaba su corazón.

Ella ya no volvió a sentir miedo

Se impulsó suavemente del piso, flotando, haciendo que sus compañeras y amigas flotaran a su lado. Extendió sus brazos, dejando que la luz rosada saliera de su pecho y comenzará a rodear a las doncellas, logrando que su luz se mezclara con las otras.

Era hora.

Los héroes observaron asustados el piso temblar con fuerza, se percataron aterrados de lo que estaba sucediendo. El agujero negro había perdido estabilidad y comenzaba a formar pequeñas olas en el.

Observaron una luz blanca nacer en medio del peligroso agujero, sabían lo que estaba apunto de suceder.

Estaba apunto de explotar.

Pero no iban a moverse de sus lugares.

No fue hasta el momento en que todas las doncellas cerraron sus ojos que el agujero negro explotó...

No obstante, aquella explosión no ocasionó daño alguno a nada ni nadie. El agujero negro fue destruido, logrando que cada parte de Karmaland que había sido afectada, comenzara a restaurarse con rapidez.

El poder de las elegidas no solo se había desecho del peligro, sino también recuperar su hogar...

Chicas de KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora