Αlεχα

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Estos días en casa era tan aburridos, Alex siempre se iba y pocas veces estaban en casa, de esas pocas veces, estaba en ropa interior y esto hacia las cosas más incómodas.

Lo único que me ha mantenido tranquila y sin aburrirme es Jimmy. Realmente es un compañero increíble y lleno de sorpresas, es muy lindo.

Alex venía corriendo hacia casa, traía prisas ya que sólo entro y volvió a irse, creo que será un buen momento para por fin hacerlo...

Entre a casa rápidamente y tome una de sus monturas, algún día se la regresaría, busque un cabello para poder ir...

Fui sigilosa, tratando de evadir caminos por los que pudiera estar Alex, llevaba mucho tiempo llevando hacer esto.

Narrador

Conforme ella sabía que cada vez estaba más cerca, el nudo en la garganta se agrandaba, después de un tiempo volvería a ver a su madre y esta vez, completamente sana, lágrimas rebeldes escapaban de sus ojos marrones, están emocionada.

Al fin, después de un rato, llegó a lo que era su hogar, pero tenía un mal presentimiento, tenía todas las luces apagadas, no había señales de que alguien estuviera dentro. Se detuvo frente a la puerta de madera y tocó dos veces, pasaron los minutos y no había respuesta alguna, así que decidió forzar la puerta y abrirla para llevarse una extraña sorpresa.

Todos los muebles de la casa habían sido cambiados, no parecía su hogar pero ella sabía que este era su hogar.

-¡¿Quien eres tú?!- Un grito detrás de ella hizo que girara rápidamente, sacando su arco y apuntando a quien estaba afuera.

Era un hombre con aspecto descuidado, parecía enojado.

-Mi nombres no importa- respondió fríamente sin bajar el arco- ¿Qué hace usted en mi casa? ¿Y donde está mi madre?-.

-¿Hablas de Alina?- preguntó.

-¡¿Dónde está ella?!- camino un poco, apuntando a su pecho, dispuesta a disparar sino obtenía las respuestas que quería.

-Ella me vendió la casa luego de que su hija desapareciera, necesitaba el dinero porque se fue con su novio y la hija de él- Alexa frunció el ceño.

-Ella no sería capaz de hacer eso...- El hombre sacó un pequeño papel de su bolsillo, estirándolo hacia ella.

-Esta es su dirección ahora- Alexa bajo el arma y lo tomó, necesitaba saber si esto era verdad, salió de la casa, esquivando al hombre, pero este le tomó el brazo.

-Pero antes de que te vayas- Alexa le miró confundido- ¿No te gustaría pasar a quedarte un rato?- Alexa sintió ganas vomitar, se soltó de su agarre rápidamente y le lanzó una flecha al pie.

-Eres repugnante- se dirigió al hombre, que desesperado trataba de sacar la fecha de su cuerpo.

-¿Alexa?- escucho una voz detrás suya, se giró para ver a Alex detrás suya, confundido y nervioso- ¿Qué estas haciendo aquí?- Alexa dio un par de pasos hacia él, tragando saliva.

Alex

No entiendo nada. ¿Qué hace ella aquí? Fuera de casa, está anocheciendo y puede ser peligroso.

-Alex...- Estaba nerviosa, su voz la delataba- Yo...- el hombre que se encontraba detrás de ella se levantó y sacó una espada, mierda...

Todo pasó muy rápido...

Él tratando de atacar a Alexa...

Yo protegiéndola, siendo herido por él...

Alexa llorando y lanzando una flecha justo a la cabeza de aquel hombre...

-Vamos, Alex- me sentía cansado, era doloroso, ella no paraba de llorar y disculparse, era horrible verla llorar.

Con sus fuerzas, me ayudó a subirme al caballo y ella subió detrás mía, comenzamos a andar rápido y con cuidado, ella seguía llorando.

-Por favor...- susurré y ella me miró- No llores, me parte el alma verte llorar- ella sonrió un poco.

Realmente no estábamos muy lejos de casa, pero estos minutos me parecían eternos, baje del corcel con ella cuidándome, abriendo las puertas y ayudándome a llegar a la habitación.

Me acostó en mi cama, reviso mi herida en mi costado.

Salió de la habitación, regresó un par de minutos después con vendas, medicamentos y cosas de esas para sanar- Esto te dolerá un poco...- susurró, mojando un algodón con alcohol, supongo que para limpiar la herida o yo qué sé, nunca había sido herido de esta forma.

-¡Ostia puta!- grité, realmente ardía y me dolía hasta el culo. Después de un rato, me sentó para vendarme la herida, sus ojos aún estaban cristalinos, uno que otro sollozo salía pero no quería llorar.

-Ya está listo, Alex- volvió a acostarme, ella se sentó y tomó mi mano- Realmente lo siento, no era mi intención que esto pasará- su voz entrecortada delataba lo que realmente pensaba.

-Tranquila, está bien, Alexa. Solo, cuando quieras salir o lo necesites, avísame antes, no quiero que algo te suceda y no esté ahí para defenderte- ella sonrió.

-Gracias, Alex- se levantó de la cama, sin soltar mi mano, se acercó a mi rostro y sus labios tocaron mi frente, era una sensación muy agradable- Descansa- se dio la vuelta pero no solté su mano.

-Espera- se giró hacia mi- Quédate conmigo- ella miró al suelo, pensando. Asintió, apagó las luces de la habitación, camino al otro lado de la cama, sentí como se hundía el suave colchón por su presencia.
Ella me miraba, parecía nerviosa, yo también lo estaba, con mi brazo la atraje hacia mi, abrazándola.

Ella soltó un suspiro, realmente era muy hermosa e increíble, me acerqué a ella y de igual forma, bese su frente, para después quedarnos dormidos con ella entre mis brazos.

Chicas de KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora