Chicas de Karmaland

Dulce maratón 2/?

La tormenta no me dejaba dormir, el sonido tan fuerte de las gotas golpeando las cosas era horrible. Al momento que se escuchaban los rayos, parecía que alguien gritaba horrible. Me senté en la cama y prendí la luz de la lampara que se encontraba en mi mesita.

Sacudí un poco a Fargan para despertarlo, se removió un poco y se sentó lentamente, tallando sus ojos y bostezando.

-¿Cómo puedes dormir con tanto ruido?- pregunté.

-¿De que hablas?- dijo confundido, se acerco a mi, para tomar mis manos, al momento de tocarlas, se separo rápidamente- Dulce, ¿estas bien?- se levanto rápidamente para darle la vuelta a la cama y cubrirme con una colcha calentita- Estas helada-.

-Pero que es imposible que no este helada con la tormenta que hay afuera-.

-¿Pero de que hablas, Dulce?- se dirigió a las cortinas que cubrían la ventana de nuestra habitación, haciéndolas a un lado, por lo que la luz de la luna entrara a través de nuestra ventana y los ruidos desaparecieron- No esta lloviendo-.

Me levante rápidamente asegurándome de que lo que estaba diciendo era verdad y asi era, el cielo estaba despejado, no había ni una sola nube

-Pero...- susurré.

-Tranquila, Dulce. Seguro era solo un sueño, ven vamos a seguir durmiendo- asentí no muy convencida y volví a dormir.

A la mañana siguiente...

Desperté bastante temprano, me levante con cuidado de no despertar a Fargan. Él sabía que hoy yo saldría, así que prepare mi mochila con un par de cosas.

Salí sin despedirme, no quería despertarle. Hoy saldré con Mónica y Akira a nadar un rato, al parecer Kristina no estaba en casa, Alexa había desaparecido, Lana no se encontraba bien y Nieves... bueno Nieves no sabe nadar, pero Rubius prefirió que no fuera con nosotros.

Mónica y Akira venían, pero algo estaba mal, lo sentía, parecían alteradas.

Me acerqué rápidamente a ella, me estaba preocupando, Akira estaba pálida- ¿sucede algo?-.

-Te lo contaremos cuando estemos seguras- Mónica llevaba de la mano a Akira para adentramos al bosque.

Habíamos planeado esta salida hace unos días, sólo sabía que iríamos a un lago no muy lejos de nuestro hogar, escondido en el bosque, sólo Mónica sabía dónde se encontraba.

Seguimos caminando un rato más, amabas estaban más tranquilas.

-humm ¿Akira?- pregunté suavemente.

-Dime- respondió nerviosa.

-¿No te incomoda usar un vestido tan largo?- pregunté, no quería preguntarle nada hasta que llegáramos.

Soltó una leve carcajada- Mónica me preguntó lo mismo- reí un poco.

Monica se detuvo, habíamos llegado, era un lago con agua muy clara, casi casi podía ver perfectamente el fondo del bello lago, que poseía una corriente de agua en uno de los rincones de este.

Me quite rápidamente mi vestido, habíamos acordado usar el bañador o bikini bajo de este y salte directo al agua, era tan fresca, relajante y húmeda.

Por alguna razón, Mónica ayudo a Akira a quitarse la capa y el vestido, ah, ya lo recuerdo.

-¿Porqué haces eso, Mónica?- pregunté, haciendo que ambas se giraran- Ya no están en el palacio para que le sirvas a Akira, sin ofender- aclare.

-Supongo que la costumbre- dijo no muy segura.

Akira entro tan tranquila al agua, se ve tan tensa, supongo que nadar le relajará un rato.

Monica entro después de recoger su cabello.

-¿Ahora si me contaran qué les pasó?- pregunté de repente.

-¡Dulce!- regaño Moni

-No, Monica. No la regañes, le dijimos que le contaríamos acá- la peli negra suspiró y asintió.

-Aristeo me reconoció en el pueblo- soltó Akira.

-¿Aristeo? ¿El prometido de Kristina?- Eso sería muy buena noticia para ella, estará muy feliz.

-Ex prometido- aclaró Moni,

-Oh-.

-El punto es, que gritó que yo soy la princesa Akira, a la que llevan meses buscando, todo el pueblo lo escuchó y ahora que regresen los guardias al pueblo podrán encontrarme fácilmente- Akira se abrazaba a si misma.

-¿Pero no quieres volver a ver a tus padres?- pregunté.

-Claro que quiero, los extraño muchísimo- hizo una pausa para respirar.

-¿Pero..?-

-Pero me aterra que insistan en separarme de Vegetta, yo le amo muchísimo y que me alejasen de él, me partiría el alma-.

-Lo entiendo, Akira, lo siento- dije, ella sonrió.

-Tranquila, no es culpa de nadie, con que me escuchen me es suficiente- Mónica y yo asentimos.

Salí del agua para buscar un poco de comida en mi mochila, tome 3 sándwiches y me acerqué al agua otra vez, para ofrecerles.

Pero...

Todo pasó muy rápido.

Akira y Monica asustadas.

Escuchar un la encontramos

Sentir el golpe en mi espalda, haciéndome caer al lago...

Lo último que sentí antes de quedar inconsciente, fue la corriente llevándome con ella, había caído en el agujero del rincón...

;)