Ylia II | Demonios y Brujas ✓

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Sorpresa! Bueno ya saben como funciona esto. Está escrito en tercera persona y son escenas cortas. Disfruten su lectura :)

Aiden Immanuel Arcoelli, primero en su nombre, príncipe de Ylia, heredero al trono y padre una quimera que llevaba por nombre Milo, ocupaba su lugar en el escritorio que permanecía en su camarote, siendo acompañado de tres de sus mejores amigos.

— Sigo sin entender porqué Esdras tiene la necesidad de pedirle a Circe que sea su novia. — Se quejaba Moll con el entrecejo fruncido. — Osea, literalmente están cogiendo todos los días, no veo necesidad de esmerarse tanto para decirle lo obvio.

— Yo creo que Esdras está cambiando y trata de hacer las cosas bien. El hecho de que nos pida ayuda para planear la sorpresa se me hace tierno. — Opinó Theo a su lado.

Aiden rodó los ojos.

Hace unos días los brujos habían escuchado de Aren, que la tripulación debía recoger provisiones en un islote. Esdras pensó que sería una buena oportunidad para sorprender a Circe y decirle algunas cosas que merecía escuchar.

— Creo que ya tengo una idea de lo que podríamos hacer. — Dijo el príncipe mientras examinaba un mapa en su escritorio. — Necesitaré música y mucho brillo.

Moll y Theo se miraron entre sí.

— Den, por un segundo te pareciste a tu madre cuando organiza uno de sus eventos sociales. — Señaló el rubio.

Aiden le enseñó el dedo del medio.

— Solo quiero que las cosas salgan perfectas. Cómo dijo Theo, es la primera vez que Esdras trata de esforzarse en algo.

— Sigo diciendo que esto es demasiado trabajo sin sentido para disfrazar una relación muy tóxica.

Theo se volvió extrañado hacia el rubio.

— ¿por qué dices eso?

— Pues les recuerdo que; de los cuatro, yo soy el único con una relación. Así que puedo jactarme en decir que sé una cosa o dos sobre la vida en pareja.

Aiden abrió la boca para defenderse pero luego la cerró tan pronto reparó en que su amigo tenía cierta razón.

— No puede ser que seas más maduro que nosotros en eso. — Enunció Theo. — Osea, eres la misma persona con la que trato de tener una conversación seria y a los cinco minutos ya dejas de prestar atención porque estás mirando a la nada.

— Si, pero tú no eres mi novia adorable a la cual si le presto atención.

Theo arqueó una ceja.

— Pues podrías iluminarnos con tu dichoso conocimiento sobre el amor y decirnos cual es el problema con Esdras.

Moll esbozó una amplia sonrisa.

— Que bueno que lo mencionas querido, Matheo Faller. — El susodicho lo fulminó con la mirada. — Verán, creo que la persona correcta te motiva de una forma u otra a ser mejor, es algo inevitable. Pero eso no significa que tienes la obligación de transformarte. Nadie debe cambiar para 'ganar' el amor de otro.

Los dos brujos que escuchaban atentos parpadearon estupefactos. No sabían en qué momento Ezekiel Molligan III había dejado de comportarse como un niño para convertirse en esta persona tan iluminada.

— Si, lo sé. Me merezco un cigarro por eso.

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Lucas Tamber estaba agachado junto a un cubo que rebosaba de agua enjabonada. Con movimientos bruscos limpiaba sus prendas tratando de quitarles la suciedad de varios días de uso y las manchas que sus experimentos le habían causado.