La Única Razón

Epílogo

Liam — PDV

—¿Nervioso?

—Bastante.

—No debes, vas a ver que todo saldrá de maravilla. — mamá término de acomodarme la corbata, me miré una vez más al espejo de pies a cabeza y suspire.

Esto estaba pasando, iba a casarme, con la mujer que amo.

—¿Listo? — preguntó desde la puerta.

—Sí. — asenti y sonreí.

La puerta del cuarto se abrió, apareciendo mis dos hermanas y mi padre tras ella.

Papá sonrió en cuanto me vio, al igual que Ruth y Nicola, quienes se llevaron sus manos al pecho y me miraban con ternura.

—Estoy tan orgullosa de ti, Liam. — mi madre sonrió y acarició mi mejilla, sonreí y escuché la voz de papá en la puerta.

—Ya es hora, campeón. — me miré al espejo una vez más, antes de salir de la habitación e ir hasta la iglesia.

Pasé por un pasillo y pasé por unas cuantas habitaciones antes de llegar a la puerta que daba con la iglesia. La abrí y la dejé abierta para que mis padres y mis hermanas pasarán por ella. Caminé hasta llegar al altar y me encontré con Zayn y Harry en los primeros bancos.

—¡Liam! — saludó Zayn. —¿Estás listo?

—Sí. — asenti con una sonrisa. Me sentía como un niño emocionado. —No puedo creer que esto esté pasando.

—Yo tampoco, pensar cuando Christie no quería darte su primer beso. — pellizcó mi mejilla. —¡Quién diría que terminarías siendo su marido! — sonreí.

Es loco pensar todo esto, en unas horas ella se convertirá en mi esposa y yo en su esposo. Recordar todo lo que vivimos, todo que hicimos..

Me coloqué en mi lugar en el altar y pude ver a los invitados sentados en las bancas.

Rasqué mi barbilla y comencé a moverme de un lado a otro, Dios, estaba nervioso. Sentía una mezcla se sentimientos ahora mismo, temor, emoción, felicidad, ansiedad. Todo.

—Liam, deja de moverte. — murmuró Harry desde la primera banca de la iglesia.

—No puedo, estoy nervioso. — acaricié mi barbilla.

—¡Ahí viene la novia! — susurró Lucy y yo me quedé quieto en mi lugar. Fue en cuestión de segundos, cuando la puerta de la iglesia se abrió.

Primero revelando a mi pequeño sobrino, Harrison, tirando los pétalos de rosas por el suelo tambaleándose un poco. Detrás de él venían las damas de honor, Jess y Layla, las primas de Christie de 15 años, tras ellas venían Emma y Tere. Y finalmente, apareció ella, en su hermoso vestido de novia agarrada del brazo de su papá.

Ella se veía especialmente hermosa hoy, su cabello estaba atado en un moño con su velo encima, su maquillaje era suave, nada extravagante, pero aún se veía hermosa.

Levantó su mirada del suelo y se encontró conmigo, le sonreí y ella me regresó la sonrisa.

Podría derretirme ahora mismo.

Finalmente, llegó a mí.

—Liam, hoy te entregó lo más preciado que tengo en el mundo, a mi hermosa niña. — miró a su hija y sonrió. —Cuidala, hazla feliz, confió en ti. Sé que lo harás bien. — me sonrió a mí.

Le tendi mi mano a Christie y ella la tomó con una gran sonrisa, el padre de Christie se fue a sentar en una de las bancas, dejando a Christie a mí lado.