Capítulo 16

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Su cercanía me hacia empezar a recordar cosas que no debía, recordé su sonrisa encantadora, nuestro primer beso en aquella tarde de lluvia en medio de su cocina, la primera vez que él me toco, recordé su piel rozando la mía y llamenme loca, pero era él mismo sentimiento de hace mucho tiempo.

- ¿suscede algo?- pregunto cerca de mi rostro.

- no....no pasa nada - dije con dificultad.

Él sabia que tenerlo así de cerca me debilitaba, que él era mi kriptonita, y se aprovechaba de eso.

- ¿entonces porque estas tan nerviosa?- acercaba sus labios a los mios.

- claro que no estoy nerviosa- dije apartado mi cara hacia a un lado.

- ¿porque nunca me dijiste que lo de Luis y tu fue antes de nosotros?-

- porque no me dejaste explicarte, no quisiste escucharme y fue mas fácil para ti irte con ella, talvez lo de nosotros fue difícil pero talvez lo hubiéramos podido solucionar, pero fue mas fácil escuchar al orgullo y al ego - jugaba nerviosa con mis manos.

- si me equivoque - me sorprendí.

- ¡wow! En gran Ryan Russell admite que se equivoco- puse mi mano en mi pecho fingiendo asombro, a lo que él mostró su sonrisa, su linda sonrisa.

- no exageres pequeña - se detuvo de inmediato cuando esas palabras dejaron sus labios, yo me sorprendí y nuestras miradas se encontraron.

Se acerco solo un poco su colonia me invadió, eso provoco un hormigueo recorerme él cuerpo.

- ¿que haces? - le pregunte cerca de sus labios.

- yo nada, ¿que haces tu?- se acerco más y sus ojos azules buscaban algún rastro de duda en mí, él problema esque yo no tenia ninguna duda y sabia lo que quería.

Y lo quería a él.

- Melissa....- lo bese, no lo soporte más, ansiaba sus labios y él lo sabia.

Nos pusimos de pie viéndonos a los ojos, quería saber si su mirada reflejaba lo mismo que la mía y así era, me beso nuevamente, salvaje, parece que fuera lo último que podíamos hacer en la vida.

Me levantó de los muslos y me sentó en él escritorio, beso mi cuello mordisqueándolo un poco, eso seguro dejara una marca, jugaba con los botones de mi blusa, los quitaba uno por uno hasta despojarme de ella, en cambio yo lo hice mas apresurada con su camisa y la Pantalón.

Quito mi sostén tirándolo al piso, y de inmediato buscaba mis pechos, paso su lengua alrededor de uno torturándome y haciéndome largo él placer, enrede mis dedos en su cabello castaño y él enterró sus labios en mis senos, un gemido un tanto fuerte salio de mis labios, mientras él deslizaba su mano por mi abdomen hasta llegar a mi intimidad y deslizar sus dedos por él interior de mis bragas, al sentir su contacto deje salir un fuerte gemido cerca de su oído.

- siempre estas lista para mí - decía con la respiración agitada y entre cortada, moviendo sus dedos en círculos alrededor de mi punto mas sencible, sintiendo toda la humedad que tenia en este momento.

Aumentaba la velocidad con la que se movían sus dedos y subía besando mi cuello, hasta mis labios, lo bese como si de eso dependiera mi vida, saco su mano recibiendo una protesta por mi parte, me pego a su cuerpo pasando sus manos por mi espalda acariciando toda la piel que podía, pero yo hacia lo mismo con él, ya recuerdo que era lo que me volvia loca de este hombre.

Sentí su erección rozar los pliegues de mi piel, la electricidad y adrenalina recorriendo por mis venas, quemaban cualquier pensamiento, se coloco en la entrada, mi alarma se encendió y un leve miedo me invadió y él lo noto.

- ¿que pasa?- se le dificultaba hablar con sus labios en mi cuello.

- es....es...es solo que no he estado con nadie todos estos años y yo....- sus labios me distraían hací que lo aparte          -yo no he podido estar con nadie, pero creo que eso lo cambiaste tu - puse mi mano en su pecho.

- entonces dejame borrar todo eso de tu piel y dejame escribir una nueva huella en tu piel - lo tome del rostro y lo besé, sintiendo como él me penetraba de una sola estocada, ardió, supongo que fue todo él tiempo que pase sin tener sexo.

Pero se sentía tan bien, era delicioso, ahora recuerdo lo mucho que a mi me gustaba sentirlo dentro de mí, embistiendome una y otra vez, me coloco bien en la orilla de su escritorio, su mano derecha acariciaba uno de mis senos y la otra mano apretaba con un poco de fuerza mi trasero, eso tocaba él lado mas obsceno que yo tenia.

Sentir su calor dentro de mí, su piel con la mía, sentía que tocaba él cielo y él infierno con cada embestida, la excitación se fue acumulando y la fricción que su miembro creaba en mi intimidad empezaba a dar resultado, de nuevo empezó a chupar mis senos y eso fue lo único que faltaba para que mi burbuja explotara en él mejor orgasmo de mi vida, él no se detenía, y yo enterré mis uñas en su espalda, él soltó un gruñido y era lo mas sexy que yo había escuchado, cuando los espasmos del orgasmo se detuvieron en mi, lo aparte y lo empuje a su silla, me sentía tan excitada aún, yo quería mas de él, me senté a horcajadas sobre el, guiando su miembro en mi interior, cuando entro por completo, Ryan tiro su cabeza hacia atrás disfrutando la sensación que yo le estaba brindando en este momento, moviendo mis caderas de arriba a abajo, como si estuviera cabalgando rápidamente, llevo sus manos a un lado de mis caderas tirando hacia abajo con ellas, él sonido de la piel chocndo una con la otra se podía escuchar perfectamente, veía su cara de placer y me exitaba mas.

- no se como pude dejarte ir - decía agitado mientras yo me movía sobre él.

- cariño, me lo dices justo ahora, que estoy disfrutando de ti - bese su cuello.

- te haré disfrutar entonces - me penetro mas fuerte haciéndome gemir estrenduosamente.

Para arriba, para abajo, de atrás hacia adelante, fue él ritmo que mantuvimos, hasta que lo hice venirse y escuchar sus gemidos del orgasmo me encantaba, escuchar esa voz masculina dominada por él placer del sexo que yo le daba, solo me hacia querer montarlo de nuevo, su respiración agitada mi pelo despeinado, los corazones acelerados y las pieles de ambos queriendo mas de otra, enrede mis dedos por su cabello acariciándolo, pegando mi frente a la de él, todavía no salgo del éxtasis de lo que acabamos de hacer, pero se que es verdadero él sentir de ambos, los dos nos necesitamos de la misma manera.

Sacando las EspinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora