Pasaron casi dos años desde que Fátima había sido arrojada de aquel helicóptero, casi dos años del fatídico día que marcó nuevamente un antes y un después en la vida de Zulema Zahir, la temible y reconocida interna 966 del módulo 3. Aunque devastada no era menos peligrosa ni menos astuta, sobretodo si se trataba de conservar su dominio ante el resto... Sí se permitía llegar a perder eso podría darse por muerta, porque bien que mal era más de la mitad de las reclusas las que la querían muerta.
En apariencia lucía ojerosa, con los labios resecos y considerablemente más delgada, si antes no comía ahora era menos y además tampoco lograba conciliar el sueño pues el rostro de Fátima sonriéndole antes de irse lo tenía atorado en la mente. Eran escasas las tardes en las que salía a caminar por el patio para luego acabar sentada a un lado del ya poco visible charco de sangre que había dejado el cuerpo de su hija.
¿Y en cuanto a su preciada libertad? La deseaba aún, pero no tenía cabeza para ingeniar nuevos planes, nuevas alternativas y mucho menos para poner en jaque a la policía, aunque siempre era observada y custodiada de cerca para no perder la costumbre, era Zulema Zahir al fin y al cabo, y con ella todo era posible. Sin embargo, estaba pensando seriamente en aceptar una propuesta donde debería colaborar para resolver un caso relacionado con trata de blancas. Estaba cansada de la vida, del encierro, de las trabas y de la culpa que la carcomía por dentro, sí... la culpa. Aquel sentimiento que ella misma calificaba como inutil, no podía evitar sentirlo, no podía evitar pensar en su hija y no llenarse de mierda la cabeza pensando cómo podría haber evitado todo si hubiera hecho algo. Luego de pensarlo un tiempo decidió tatuarse una lagrima en la mejilla porque entendió que esa lágrima jamás dejaría de caer realmente, y necesitaba que cuando alguien la mirase, entendiera que Zulema Zahir traía un dolor enorme en el alma.
Luego de la muerte de Sandoval a mano de las reclusas hubo una reforma total en Cruz del Norte, desde guardias hasta director, el cual acababa de renunciar por problemas de salud, y porque honestamente lidiar con esa reclusas era en extremo complicado.
Pero ahora, mientras todo caía en una nueva normalidad, donde los días empezaban a ser nuevamente tan monótonos desde la partida de Sole y de Fátima, nadie imaginaba que el nuevo director vendría a causar un par de dolores de cabeza, migrañas y hasta embolias...
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ODISEA
ActionOdisea será la que Zulema Zahir tendrá que atravesar cuando vea que el nuevo director de la cárcel es un antiguo amante. Ambos lucharán constantemente para establecer un dominio sobre el otro y así, sea juntos o separados, poder llevar a cabo una v...