Capítulo 26

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Sergio estaba con Aníbal, viendo las pantallas de un ordenador. Ambos estaban muy estresados y apresurados.

- Ya ya se ha ido la señal en todas las cámaras, pero no pinta bien chaval... La casa está llena de dealers, armados- Hablaba con las manos a la vez de lo impactado que estaba. Desactivar alarmas de mansiones lujosas era una cosa, desactivar alarmas y sistemas de seguridad de la guarida de unos cooks, era otro nivel.

Sergio se levantó del escritorio y tomó un teléfono, había dado la orden a un aliado; Martín, de irse a Sigüenza tan pronto se enteró de que Malek y Zulema iban para allá. Si bien su plan no era tan inmediato, era un plan que funcionaría porque esa gente no planeaba matar a Emmanuel realmente, iban a pedir una recompensa por su rescate y así recuperar el dinero que Magdalena Cruz le debía... Pero por algún motivo Zulema y Malek no podían ver eso, no estaban pensando con cabeza fría.

- Martín, entra, ya- Fue contundente.

Y en Sigüenza, a 2 horas de distancia, Martín hizo caso. Irrumpió en la casa con un grupo de serbios malotes que olían a sudor. Iban armados a más no poder y se dispersaron rápido por los pasillos en búsqueda de una mujer de pelo negro con una lágrima tatuada en la cara y un cojo. No es que se sintieran en La Purga, pero sí se sentían en la purga pues iban rompiendo todo a su paso.

- Vais a morir hijos de la gran puta- Dijo uno de los dealers.

No era momento para pensar en algo así, pero Zulema se preguntaba porqué todos esos chavales se veían del mismo modo... Jeans a la mitad del culo, camisones, cadenas pesadas, hip hop de fondo, la verdad es que la rubia si salía de modelo común de dealer.

- Solo venimos por el niño, venga. Nos das al niño y nos vamos por la paz, nadie tiene que morir- Dijo Malek, en su mejor tono cordial.

Suelten a Dandi primero-

- ¿Dandi? Joder- Se burló Zulema ante el apodo del dealer que tenía al lado- No no, no funciona así. Nos das al niño, les damos a... A Dandi-

- Dandi...- Repitió Malek, era una ridiculez el apodo.

- Joder que me llamo David, córtenla ya- El chaval estaba molesto con la burla, a él lo hacía sentir rudo pero ya empezaba a considerar que debía cambiarlo a algo más agresivo.

No iban a llegar a un acuerdo e iban a liarse a tiros ahí al paso que iban, hasta que llegó Martín pegando tiros a todo lo que proyectara sombra. Malek y Zulema se tiraron al piso de inmediato antes de poder responder o poder ocultarse detrás de alguna pared, por lo pronto sólo podían intentar protegerse las cabezas.

Me cago en la puta tío- Alcanzó a escuchar Malek que Zulema dijo, pero no respondió.

Al terminar la ráfaga de tiros, ambos se miraron confundidos pero cerciorándose de que el otro estuviera bien.

- Ya pueden ir a buscar a su cachorro- Escucharon la voz del argentino.

- ¿Y tú quién mierda eres?- Preguntó Zulema a la vez que ella y Malek se levantaban del piso.

- Eso no importa, pero van a tener que agradecerle a Sergio luego- Dijo con una media sonrisa en el rostro para luego irse a los pasillos con el grupo de serbios que lo acompañaban.

Los cadáveres de los dealers estaban acribillados en el piso, el cual empezaba a inundarse de sangre.

Emmanuel nunca había dormido en el piso antes, y justo cuando intentó hacerlo empezaron a sonar disparos, así que se fue corriendo a una esquina para acurrucarse mientras lloraba asustado y se tapaba los oídos. Ya conocía a la perfección como sonaban unos tiros, Malek y Zule disparaban a latas todo el tiempo para mejorar su puntería. Unos gritos y el sonido de cosas rotas además de más tiros lo hacían sentir fuera de la realidad, como si estuviera en una horrible pesadilla... Hasta un momento en el que todo se quedó en silencio y él levantó la mirada a la puerta, sentía que su corazón latía con fuerza pero no se atrevía a acercarse, ni a gritar, no quería ni llorar ni hacer ningún sonido.

Pero la puerta se abrió lentamente y él tomó un poco de aire con dificultad, iba a estallar en llanto de nuevo por el temor. Tomó aire y lo sostuvo, inflando su pecho... Quien se asomó por la ranura no fue el hombre alto y feo, era Zule. Así que abrió los ojos, sin poder creer que eso era real, que Zule realmente había venido a por él.

- Joder, ahí estás- Dijo ella, aliviada. Malek entró detrás de ella.

Emmanuel se levantó del piso y corrió hacia los brazos de Zulema, en el camino hizo puchero y dejó caer muchas lágrimas, que se convirtieron en un llanto con mucho sentimiento rápidamente. Ella lo abrazó y lo levantó del piso, Emmanuel la rodeó con sus brazos y piernas, sujetándola fuerte, no fuera que al salir lo dejara caer y volvieran a dejarlo allí.

- Calma chaval, ya nos vamos de aquí- Dijo Malek acariciándole el pelo y pateando la bandeja de comida vacía que había en el piso.

Escuchar esas dos voces lo llenaron de un alivio que nunca en sus 4 años de vida, ya casi 5, había sentido hasta ahora, se sentía a salvo otra vez mientras lloraba en el hombro de Zule.

- Ya está- Dijo Zulema, intentando secarle las lágrimas pero el chaval no se dejaba, quería seguir oculto en su hombro.

- Vámonos ya- Dijo Malek mirando la hora, Zulema asintió y salieron de allí con el niño aún en brazos.

Aunque había un Argentino y unos serbios sirviéndoles de equipo, debían apresurarse antes de que más seguridad llegara a intentar matarlos, y no estaban equivocados, Sergio no demoró ni un minuto en hablarles para que se fueran rápido, pues más camionetas blindadas tipo 4x4 se acercaban a la casa y todo indicaba que era gente de seguridad.

Todo pasó muy rápido, casi en segundos. Las alertas de que el sistema de seguridad había sido intervenido en una casa donde se cocinaba y almacenaba droga, saltaron pronto. Aquellos proveedores eran gente peligrosa y tenían sus jugadas muy bien estructuradas, Emmanuel era el trofeo y recordatorio a todos sus clientes de que con ellos no podían meterse... Pero un par de locos habían irrumpido y burlado la seguridad para llevárselo y eso no quedaría impune.

Así que llegaron a la casa, vieron el auto de Zulema y Malek parqueado fuera y corrieron dentro de inmediato, traían hasta una bazuca.

- SABEMOS QUE ESTÁIS AQUÍ- La voz del hombre que lideraba el plan resonó con fuerza - DEJÁIS AL NIÑO AQUÍ, Y NO HA PASADO NADA ¿VALE?-

Silencio.

- VOY A CONTAR HASTA 3. 1... 2... 3... LISTOS O NO AQUÍ VAMOS -

El hombre había fijado su mirada en 3 sombras que se proyectaban desde una de las habitaciones al fondo, debían ser ellos. Así que dio la orden a sus hombres de entrar y dispararles de inmediato, no iban a ser condescendientes con quienes intentaron burlarlos.

Sin embargo, al llegar a las sombras se dieron cuenta que eran 3 cadáveres puestos de pie para engañarlos y que además, estaban cargados con explosivos que detonaron de inmediato.

El estruendo sonó en todo el pueblo y la casa quedó reducida a escombros.

Zulema, Malek y Emmanuel caminaban rápido entre calles, llevaban sus pelucas y cara de turistas. La orden para el pequeño fue la de hacerse el dormido mientras lograban subirse a un auto e ir a casa... Lo que no sabían de momento era que ya no podrían volver a su amada cabaña, pues justo en ese instante estaba siendo requisada por la policía.

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Estamos a dos capítulos del final de esta historia 🚨⚠️🚨⚠️

Queremos leer sus opiniones y sugerencias.

Un abrazo a todas🤘

Las comadrejas.

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