Capítulo 6

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El director estaba apoyado en la baranda del segundo piso de la galería. Le gustaba verlas a todas como hormigas caminando desde arriba, a veces imaginaba que las pisaba y le divertía la sola idea. Zulema lo vió y vino caminando hasta apoyarse en la misma baranda, pero a dos metros de distancia de él. Ambos eran conscientes de que un nuevo nivel de poder había sido alcanzado por ella... Ahora ambos miraban hacia abajo, observando a las reclusas ir y venir.

 Ahora ambos miraban hacia abajo, observando a las reclusas ir y venir

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- No pierdes el tiempo- Dijo él.

- Nunca - Si había algo que podía agradecerle a Malek era haberla sacado del letargo en el que venía sumergida... De la nada su vida volvía a ser emocionante y se lo debía a él, le gustara o no - He escuchado por los pasillos que hablan de ti. Las reclusas le temen más a tu bastón que a ti-

Malek entrecerró los ojos, había dos opciones: 1. O Zulema le decía todo eso para joderlo y enterrarle un alicate en el ojo tan pronto bajara la guardia o 2. Aprovecharía esa nueva corriente de poder que había ganado el día anterior con sus pezones erectos para iniciar una especie de alianza que le convenía más a ella que a él. 

- ¿Y me dices todo esto para...?-

- Para que entiendas que la muerte es la solución a todo - Volteó a mirarlo.

Zulema no nombró a nadie, pero Malek entendió de inmediato y le encantaba la idea. Un nombre que si desaparecía iba a aliviar muchos de los males que se gestaban en Cruz del Norte. Al bajar e ir a su celda, Zulema se encontró con Saray ahí dentro, mirando lejos por la ventanita rejada y difusa que tenían. La gitana negaba con la cabeza, Zulema sabía a qué venía tanto drama.

- Supéralo ya Saray -

- Es que no entiendo- Volteó a mirarla - Zule...- Bajó el tono y sonó casi a súplica - Si pudiste ayudarme a mí- Se quedó sin palabras, pero hacía muchas muecas para intentar explicar qué quería que Zule la ayudara a sacar a Rizos de aislamiento.

- No puedo -

- Venga, ¿Cómo no? Te lo estoy pidiendo por favor comadre- Se llevó la mano al pecho.

- No puedo hacer nada... ¿Que no lo ves? El alboroto fue para evitar el 3 grado y le valió mierda arrastrarte a ti. No me vengas con niñerías, venga- Se subió a su litera y puso la cabeza en la almohada. 

- No son niñerías, no me jodas Zulema. Que a ti no te importa na' con tal de que tu estés bien, así como con tu hija y mira todo lo que pasó- Las últimas palabras sonaron con alto grado de desprecio.

 Que a ti no te importa na' con tal de que tu estés bien, así como con tu hija y mira todo lo que pasó- Las últimas palabras sonaron con alto grado de desprecio

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