Capítulo 11

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Lo que Malek le proponía era justo, además de todo ya se había encargado de ganarse la confianza de la Señora Cruz, conocía su casa, sus gustos, sus horarios, el tipo tenía todo un plan trazado desde hacía meses, ¿qué podía salir mal? Todo lo que venía pasando con las reclusas no era más que un reflejo de su inconformidad, un llamado de atención para hacer un poco de justicia y eso la conmovía, no lo iba a negar. Malek era un hombre muy peligroso y ya podía imaginarse los ayudantes que se cargaba para llevar a cabo algo tan monumental, pero aún no se fiaba de que no fuera a matarla y por lo pronto era una buena señal que intentara protegerla de las reclusas, pero no sabía por cuánto tiempo contaría con ese beneficio.

Se levantó con dificultad de la camilla y se asomó a la ventanilla y reflexionó un poco... Pero por otro lado, si accedía a hacer eso su negociación con la policía se iría a la mierda, joder. En todo caso, ¿Qué iba a hacer una vez saliera? No tenía nada ni a nadie, eventualmente tendría que volver a delinquir para poder vivir porque fregando autos no se veía... Sonrió al sentir un cosquilleo en el pecho, aceptaría la oferta de Malek. Inmediatamente empezó a imaginarse formas de asesinar a la Señora Cruz y una adrenalina le recorrió todo el cuerpo. Al verlo aquella misma mañana le asintió con la cabeza y él sonrió, satisfecho ante su decisión.

- Es la mejor decisión que pudiste haber tomado, la más inteligente-

Claro, pero no te fíes... Al más mínimo pormenor te pegaré un tiro sin dudarlo-

- Queda más que claro, pero tú tampoco te librarás de mí, este es mi plan y no lo vais a joder ¿Entendido?-

Zulema sonrió y Malek sacó de su bolsillo un tarrito de gelatina, se lo pasó.

- Mejórate pronto, tenemos mucho que hacer-

Al salir el director, unos guardias vinieron para llevarla al vis a vis íntimo que habían organizado los inspectores para el tema de la trata de blancas. A pesar de su nueva decisión no dejaría de lado aquella opción y además, le gustaba resolver problemas ajenos.

- Inspectores, un gusto veros- Dijo irónicamente.

Le confirmaron la decisión del juez y le enseñaron una carpeta llena de información sumamente valiosa para desmantelar aquella banda de tratantes. Dos nombres con rostro encabezaban los documentos, información que Zulema creía en cierta medida irrelevante y algunas fotos de barcos transbordadores. Leyó minuciosamente a detalle luego de que le dijeran que podían estar allí como máximo dos horas y los miró con una sonrisa en el rostro. "La rusa" de la foto fue reconocida al instante por la mora, Jelena Sokolov, hija de Dimitry Sokolov un viejo empresario que se dedicaba a la compra y venta de vehículos de primera gama y por las noches transportaba mujeres a distintos países para ser prostituidas.

Dimitry y Karim habían trabajado en más de una ocasión, Zulema por su parte había participado en el trazado de rutas de los barcos de Karim y estaba casi cien por ciento segura que la heredera del negocio usaría las mismas rutas y estrategias que su viejo y senil padre.

- Pues es simple, los barcos nunca vuelven por la ruta en la que se van, jamás hacen trasbordo en los mismos puntos de manera seguida. ¿Tenéis bolis de distinto color y un mapa?- Las tres personas que estaban con ella en aquella habitación la miraban con completa atención.

Tomó uno de los bolígrafos y comenzó a marcar el mapa a la vez que hablaba y sentía como toda la atención estaba puesta en ella.

- El club está aquí en España, ¿no? Y las chicas vienen de Rusia, más precisamente Moscú. Punto de salida y de llegada que marcaremos con dos colores- Parecía que estaba jugando al laberinto de los menús para niños que sirven en los restaurantes - Vamos a marcar con círculos verdes los bunkers, en ellos hacen los traspasos y pueden haber más, pero esos son los principales. Mire bien- Dirigió su vista a la inspectora Martín.

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