Capítulo 9

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Millán la encontró desmayada y bañada en sangre una hora después, cuando hacía ronda de guardia. Lo primero que atinó a hacer fue tomarle los signos vitales, luego llamó por radio pidiendo ayuda para trasladarla en enfermería y que dieran aviso a la doctora. Una vez allí intentaron despertarla luego de darle unos cuantos puntos en la cabeza, pero fue inútil. Tendrían que hacerle una tomografía para asegurarse que no hubiera daño cerebral y todo aquello no terminara en otro coma para la mora.

Afortunadamente la tomografía fue favorable y alrededor del mediodía siguiente Zulema despertó, estaba aturdida y la invadía un dolor de cabeza insoportable. Una vez más la revisaron para asegurase de rutina, porque tremendo golpe pudo haberle dejado secuelas a corto o largo plazo.

- Sigue mi dedo, no parpadees- Le costaba un poco hacer foco - Bien, ahora mira hacia la luz- Prendió una pequeña linterna y Zule parpadeó rápido debido a la molestia.

La doctora tapó uno de sus ojos y luego el otro, anotó un par de cosas y volvió a centrar su atención en Zulema.

- ¿Ves con claridad?-

- No, un poco borroso-

- ¿Sabes qué día es hoy?-

- Martes, creo- La doctora asintió y le pidió que se recostara.

- Tendrás que quedarte en enfermería hasta que te sientas mejor, es probable que tengas migraña y mareos, acompañados de náuseas. Te pondré un calmante en el suero así duermes un poco- Buscó en su maletín.

- No quiero drogas, necesito estar lúcida-

- Aquí dentro no va a pasarte nada, necesitas descansar- Sacó una jeringa e inyectó un líquido en el suero que Zule tenía en el brazo - ¿Sabes quién te hizo esto? Debe ser notificado-

- No... no las vi- La doctora entendió que era inútil tratar de sacarle información, así que sólo le sonrió y se fue, no sin antes enseñarle un botón por el cual podría llamarla si necesitaba algo.

Una cena de tinte romántico en un restaurante con estrella Michelin  y una sonrisa coqueta que le duró toda la velada, fue el alto precio que Malek tuvo que pagar para que su ingreso ilegal a Cruz del Este fuera todo un éxito. Magdalena Cruz estaba a un favor de distancia de llevarse ese semental de Malek Hassen a la cama, y estaba encantada con ello. Los motivos del director poco le importaron y ciertamente poco le escuchó, que hiciera lo que quisiera... La mujer estaba cegada por sus encantos, ya era demasiado tarde para pensar de forma objetiva.

- Caimán- Fue su única orden al llegar a Cruz del Este.

Estaba en un calabozo escasamente iluminado por un bombillo, aquel hueco estaba ubicado subterráneamente y era el típico espacio limitado apestado a humedad y caca de ratas.

- Ese reo tiene trato preferencia de unos años acá  -

- Es una orden-

- Es una orden-

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