Capítulo 37: La invitación

398 33 16
                                    


– ¿Vas a decirnos ya que pasa? – preguntó Nevra ya cansado.

Llevábamos ya un rato sentados en la sala de la casa esperando a que Gwin se dignara a hablar, mirando esa extraña flor que estaba situada en la mesa para café.

Él nos miraba y miraba la flor, organizando que decir. Pasó sus manos por sus cabellos y volvió a repetir la misma frase.

– Son solo rumores.

– Sean los rumores que sean queremos saberlo – agregó Nevra – Y más si te pones de esa forma. No creo que por solo rumores actúes así...

– ¿Recuerdas el palacio que hay en el pueblo vecino? – le miró. – ¿Ese pueblo que es dos veces más grande que este, cuyas casas son enormes?

– ¿El palacio de la condesa Throy? – Gwin asintió lentamente – Recuerdo que cuando era niño una vez fuimos con madre y padre a visitarles. El clan de Throy no es un clan amigo de los Onyxs y padre fue por cortesía porque ella se había alejado bastante de ese clan... Aunque madre nunca recordaba haberles ayudado a cruzar el portal para instalarse...Supongo que con tanta gente que ha ayudado no los recordaba... ¿Qué pasa con ellos?

– Es su invitación – señaló la flor.

– Nunca recuerdo que organizaran nada especial... Siempre se mantenían en calma.

– Las cosas han cambiado... – comentó Gwin – Desde hace como cuatro años, su esposo y ella organizan varias veces al año una fiesta. Mandan invitaciones aleatoriamente a los habitantes de la isla, independientemente de la distancia. Algunos invitados tardan cuatro días en llegar, y sus invitaciones llegan justo para que les dé tiempo de asistir... Y desde que esas fiestas ocurren han empezado a oírse rumores...

– ¿Qué rumores? – esta vez hable yo.

– Se dice que, esporádicamente, dos o tres parejas de invitados desaparecen...No es siempre, pero es extraño...Mandan una nota a sus familias diciendo que se van, pero sus familias no creen que sea posible eso. La gente de por aquí ha comenzado a tener miedo con sus invitaciones, pero muchos lo toman como rumores... – hizo una pausa y nos miró – Hace un año fui invitado junto con mi esposa y unos vecinos nuestros también fueron. Una vampiresa casada con un descendiente del Sacrificio azul, un Dragón.

– ¿Un Dragón? – lo miré abriendo mucho los ojos y luego miré a Nevra. – ¿No era que se escondían?

– Los pocos que se renegaron del sacrificio puede, pero los descendientes no se esconden, quedan pocos, está claro, y nunca suelen revelar que son. Suelen usar hechizos y protectores para ocultar sus rasgos. – aclaró Nevra.

– Este hombre no, lucia con orgullo sus cuernos de Dragón, dado que sus padres dieron el poder para la creación del cristal y estaba orgulloso de que ellos participaran para ayudar a este mundo – añadió Gwin y luego miró la flor – Como les decía...Ellos fueron invitados al igual que nosotros. La fiesta era agradable, increíble. El primer día era solo para instalarnos y esperar a los que venían de más lejos, el segundo era para conocerlos, el tercer día era el espectáculo. Ella es una vampiresa cuyo don es la hipnosis, y divertida, siempre cogía a dos o tres parejas para su hipnosis. En esa fiesta eligieron a la pareja con el Dragón, y eligieron a dos más...A una con una esfinge y a otra con un rakshasa.

– Espera... ¿Qué? – los miré alzando una ceja – A ver... hasta donde yo sé en mi conocimiento de mitología terrestre, las esfinges suelen tener el cuerpo de un león alado y según su sexo tiene un nombre u otro...Suelen ser enormes...

Fragmentos de nuestro mundo [Libro 2][Eldarya][Nevra][editándola]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora