– Nevra –
Habían llegado a la prisión los humanos cazadores, eso significaba que teníamos que viajar al templo para encargarnos de ellos y de la información que sabían. Y eso también significaba otra cosa...
Miré a Elizabeth, estaba ayudándome con el poco equipaje que iba a llevar. Ella no iba a ir al interrogatorio y notaba como sus manos temblaban al coger las cosas, estaba nerviosa y ansiosa, pero sobre todo tenía miedo de lo que fuéramos a descubrir, y yo también.
Pero estaba decidido a una sola cosa en este viaje, algo que considero que es una señal prácticamente divina, algo mandado por los dioses para que lo termine. Luther.
Ese ser estaba ahí, vivo, respirando nuestro aire, comiendo nuestro alimento. No podía dejar de mirar a Elizabeth y recordar todo lo que me contó cuando estábamos juntos en Yagut, cada lágrima suya, cada cicatriz, cada momento de dolor, todo. Tenía que acabar con él, no merece estar aun viviendo.
Sabía que era algo que a ella no le gustaba, a pesar de todo lo sufrido, tiene el corazón tan grande y bueno, que sigue creyendo que la muerte no es la mejor solución, pero en el fondo sabe que he estado sumergido ante el pensamiento de enfrentarme de nuevo a él, de hacerle sufrir hasta la muerte. Ella se vengó de Lynnette, ahora es mi turno de vengarme de Luther.
Pero tenía miedo, no puedo mentirme en eso, miedo a lo que me pueda mostrar él, como hizo ya con anterioridad, no quiero verla sufrir y menos de la forma que sé que él la hacía sufrir. No quiero vivir eso, no quiero vivir de nuevo su dolor, pero si la única forma que tengo de enfrentarme a él y de acabar con su vida era esa, tendría que poder soportar todo el mal que quiera hacerme visualizar.
– ¿Te acuerdas de cómo entrar en la mente de los demás? – oí su voz a mi lado y alcé la vista mirándola.
– Sí, claro.
– Te lo pregunto solo porque nada más entras en mi mente con el vínculo, que es algo diferente a adentrarte en la mente de los humanos.
– Tranquila – tomé sus manos y las besé – Recuerdo como se hace, podré interrogarlos sin problema. Gracias por ayudarme con el equipaje, no tenías por qué.
– Te vi absorto en tus pensamientos y me pareció oportuno ayudarte – me sonrió.
Esa noche apenas pude dormir. Mi mente no dejaba de dar vueltas en el asunto, no solo sobre los cazadores, sino sobre Luther. Ya había divagado miles de posibilidades y de formas para hacerle pagar todo, pero sé que nunca las cosas pasan como uno las piensa o planea.
A la mañana siguiente fuimos desde temprano hacia la Sala del Cristal para coger el portal que nos llevaba al templo, la prisión solo estaba a dos horas de distancia de la zona principal, por lo que nos hospedaríamos ahí en los días que dure el interrogatorio.
– Prometo escribirte cada noche – abracé a Elizabeth con fuerza y besé lo alto de su frente. Era la primera vez que nos separábamos desde la boda y sabía que iba a extrañar su presencia tranquilizadora a mi lado.
– Escríbeme cuando puedas – besó mis labios sonriendo – Yo estaré esperando tus mensajes – volvió a abrazarme – Nev... – me miró – Has lo que te deje estar en calma y en paz. – observé su mirada en ese momento y estudié sus palabras. No habíamos hablado del tema, ni nombrado a Luther cuando estábamos a solas, ni con nuestro vínculo, pero sabía perfectamente parte de mis intenciones. Acaricié sus mejillas con mi pulgar sin dejar de mirarla.
– Lo haré – besé sus labios – Te amo hermosa.
– Y yo te amo a ti.
Después de este último abrazo, y de algunas indicaciones de Miiko, Valkyon, Ezarel y yo nos adentramos en el portal para ir al templo. Volteé para ver como Elizabeth se despedía de mi con la mano, sin dejar de sonreírme.
ESTÁS LEYENDO
Fragmentos de nuestro mundo [Libro 2][Eldarya][Nevra][editándola]
FantasyEs la continuación de mi otra historia Otro Mundo. Elizabeth hace un sacrificio del cual no deja aviso a nadie, dejando desolado a Nevra, para poder salvar Eldarya y destruir uno de los males que acechaban el mundo. ¿Qué pasará ahora con Nevra? ¿Qué...