– Nevra –
– ¿Elizabeth? – la miré, me estaba sonriendo, una sonrisa radiante y yo no evité sonreír también al verla, estaba ahí, pero ¿Cómo?
– Nevra...– vi que se acercaba a mí, pero ¿Y si era una visión más? Estaba en uno de los lugares más importantes para mí, mi mente me estaba mostrando lo que yo quería ver, que era a ella. Tenía la misma ropa de ese día tan mágico.
– No...Esto no puede ser...Tú...Estás muerta... Yo te vi morir...– me miró sin comprender nada.
– Lo sé... Pero te dije que volvería...Te lo he escrito... – ¿Me lo ha escrito? ¿Su despedida?
– ¿La carta? – le interrumpí – Tengo a todo el mundo de pesado con la puta carta y ahora mi mente también me la está recordando...– estaba molesto, hasta mis visiones me decían que debía de leer su despedida, sus últimas palabras ¿Será para poderla dejar partir? – Tú no eres real, eres producto de mi imaginación...Y ni siquiera estoy ebrio...No...No eres real...
– Nevra...– vi que se acercaba más a mí, pero me alejé. Comencé a temblar y a llorar. Esto era doloroso, mi mente estaba siendo muy cruel conmigo.
– Mi mente no puede hacerme esto...Tú has muerto en mis brazos – lloré impotente – Tú no estás aquí...
– Nevra...No...Yo estoy aquí...He vuelto...– cubrí mi rostro con mis manos, no quería verla, no así, no aquí...
– ¡No! – salí corriendo a gran velocidad, me estaba doliendo el pecho con fuerza.
– ¡Léela Nevra y sabrás que soy real!
¿Cómo puede ser real? Se desvaneció en mis brazos... ¿Por qué ahora mi visión pedía que leyera esa carta?
Me dirigí hacia la cabaña, llorando con ganas y me puse a rebuscar entre los estantes para sacar las botellas de vino que había escondido. Desconché una y comencé a beber, apoyado en la encimera de la cocina, mirando a la nada, sin comprender porque ahora aparecía. ¿Por qué mi madre me mandaría al sauce?
Acabé rápidamente la botella de vino y cogí la segunda, busqué entre los cajones de la cocina la carta. La había colocado por aquí para no encontrármela siempre. La tomé entre las manos y la estrujé con fuerza.
Fui hacia el sofá y me senté, dejando dos botellas más sobre la mesa baja y bebiéndome aun la que tenía en la mano.
– Tendré que...Leer esto...Tendré que dejarla marchar...Aunque no quiera...Algún día volveré a reunirme con ella...– mi voz temblaba mientras cogía la carta y di un largo trago a la botella de vino, miré su letra y no puede evitar volver a llorar.
"Mi amado Nevra
Si estás leyendo esto es por qué me he ido. Sé que ahora mismo no entenderás mis motivos, no comprenderás porque lo hice, pero te lo explicaré todo.
Esta noche tuve una visión, una premonición. Caíamos en la trampa de Bamet, él me aislaba de ustedes con una barrera mágica y sus vasallos les atacaban a ustedes. Observé cómo Eweleïn y Ezarel morían en manos de ellos, como Valkyon se enfrentaba sin ganas a su hermano, dejándose matar prácticamente por él, y como Leiftan intentaba defender a Miiko y a Huang Hua. Por último, tú...Bamet consiguió dominarme, arrancándome el corazón, y mientras estaba bajo su control vi cómo te apuñalaban por detrás, como ibas muriendo ante mis ojos y como Bamet se salía con la suya matándome a mí también. Esto era algo que tenía que evitar.
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Fragmentos de nuestro mundo [Libro 2][Eldarya][Nevra][editándola]
FantasyEs la continuación de mi otra historia Otro Mundo. Elizabeth hace un sacrificio del cual no deja aviso a nadie, dejando desolado a Nevra, para poder salvar Eldarya y destruir uno de los males que acechaban el mundo. ¿Qué pasará ahora con Nevra? ¿Qué...