𝑝𝑎𝑒𝑛𝑖𝑡𝑒𝑡

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Jeongin le miró furioso y negó con la cabeza, levantando a Felix del suelo y quitándole los restos de pastel del cuerpo. Hyunjin seguía estático en su lugar, el alcohol aún corriendo por su sangre; juraba que podía sentir el olor del vodka cada vez que tomaba una bocanada de aire.

—Lamento los inconvenientes — dijo Jeongin, apenado, a los presentes. Los invitados estaban perplejos, mirando la escena con confusión — Felix, Minho te llevará a mi departamento, yo tendré que irne con Hyunjin. Siento todo esto... cuídate — dijo, dándole una suave sonrisa al pecoso, quien asentía con lágrimas en sus ojos.

El mayor de los hermanos Yang lo tomó del brazo y le abrazó por los hombros, susurrandole cosas para que se tranquilizara.

—Chris, encárgate de esto, por favor. Nos veremos mañana — llamó la atención de Bang, quien asintió comprensivo y comenzó a dispersar a los invitados, tranquilizandoles. Miró a Hyunjin y suspiró masajeando el puente de su nariz, le tomó del brazo para llevarlo al auto y lo metió al asiento del copiloto, él subió del lado del conductor, dejando caer su cabeza en el volante cubriendo su cara con ambos brazos. Hyunjin veía al frente mordiéndose el labio intentando retener las lágrimas de vergüenza y culpa que inundaban sus ojos — Hiciste todo un alboroto por una estupidez — comenzó Jeongin, sin mirarle. Hyunjin quiso tomar su mano pero se retractó. —espero que estés contento ahora... Querías que fuera perfecto, que fuera un títere perfecto apegado a tu plan, ¿pero te sobresaltas por un simple chico? Hyunjin, montaste una escena ahí adentro, ahora tendré que mover cielo, mar y tierra para que no saquen notas sobre esto.

Hyunjin seguía sin decir nada, pero comenzó a sollozar bajito con sus manos en su regazo y su lindo cabello dispersado por su cara desaliñado. El menor de ambos le miró con latente molestia, sintiendo su pecho retorcerse en su interior; pero no cedería así de fácil. Suspiró de nuevo y encendió el auto, colocándole el cinturón de seguridad al mayor, seguidamente hizo lo mismo con el suyo, emprendiendo marcha al hotel donde estaban sus cosas.

—L-lo siento, Ginnie — se disculpó el pelinegro, encogido en su asiento. El mencionado sólo asintió, no podía hacer nada más. lo hecho, hecho estaba.

El camino fue silencioso, con los leves sollozos de Hyunjin y los repetidos suspiros del peliplateado. Recién llegaron, ambos se bajaron del vehículo y caminaron al lobby para llegar al ascensor y presionar el último botón, donde se encontraban las suites. Jeongin pensó que Hwang debió haber gastado mucho en algo tan innecesario, sin embargo se quedó callado esperando a que llegaran al piso.

—¿Solo es una habitación? — preguntó Jeongin, su esposo asintió con la mirada baja mientras se quitaba los zapatos al ingresar al lugar. El menor chasqueó la lengua y tomó del brazo a Hyunjin con delicadeza, para llevarlo a la habitación. Hwang aún se encontraba un poco confundido, hasta que el contrario habló — Duerme, yo me iré.

—Felix está en tu depar...— la palabra quedó en el aire cuando Hyunjin vio al pálido mirarle negando, el pelinegro se tragó el nudo en su garganta y asintió —Lo siento, sólo... lamento todo.

Jeongin le miró por unos segundos y cerró los ojos con fuerza.

—Nos veremos mañana. — dio por terminado, tomando la maleta que estaba en la esquina de la habitación y salió del lugar silenciosamente. Hyunjin mordió su labio, al punto de sentir el sabor metálico de su sangre y las lágrimas comenzando a brotar una por una.

Se sentía terrible, avergonzado, estúpido y arrepentido. Se sentó en el suelo, apoyándose de la cama con las manos en su cabeza frustrado.

No se suponía que su noche de bodas terminara de esa forma, con mucha suerte - y siendo un poco fantasioso - pensó que tal vez hasta podrían dormir en la misma cama, incluso besarse de nuevo; Realmente lo deseaba.

Nunca pensó que estar llorando en el suelo totalmente solo en ese lugar tan grande sería el final de ese gran día, el día tan significativo para su carrera y vida.

Cuando despertó al otro día, Jeongin ya estaba en el lugar, sentando en un sofá mientras sostenía una agenda entre sus manos. Escribía deprisa y hablaba por teléfono, pidiendo amablemente a muchas personas que no hicieran notas respecto a la noche anterior o tendría que tomar acciones legales.

Gracias al cielo, las revistas de chismes habían cedido, pero las redes sociales no tenían piedad con ninguno y ésta no era la excepción a eso, razón por la que ahora Jeongin miraba hacia un punto fijo mordiéndose el labio y pensando una y otra vez en lo que el desplante de Hyunjin afectaría su carrera como escritor.

Un escándalo así no era para tomarse a la ligera y menos con un modelo en ascenso como lo era Felix, quien realmente había salido bastante humillado de ese lugar, con cámaras apuntandole y preguntándole cosas absurdas.

Jeongin había rogado a su ex novio por disculpas, de parte de ambos, aunque supiera que Hyunjin realmente no lo sentía; Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, tal vez los niños en menor cantidad, pero los borrachos siempre tomaban fuerzas debido a la borrosa capacidad de tener vergüenza.

Cuando Hyunjin llegó a su lado, suspiró y le miró. Hwang se mantenía sentado recto, con su cabello oscuro cubriendo su perfil, sus manos enlazadas en su regazo y la pierna izquierda temblando: Nervioso.

—Lo siento.

Jeongin le miró por unos segundos más y negó, aunque Hyunjin no lo miraba, se levantó del sofá y revolvió su cabello.

—No tienes que pedirme disculpas a mí, lo sabes — dijo, metiendo las manos en sus bolsillo — También debes poner en orden tus ideas sobre lo que sea que tengamos, porque realmente no entiendo nada y eso no es justo... — mordió su labio y desvío la mirada cuando Hyunjin le miró confundido, pero con ojos esperanzados — Date una ducha y prepárate, haré el desayuno.

Hyunjin asintió e hizo lo que el menor le ordenó, cuando regresó lo encontró sirviendo dos vasos de jugo de arándanos y uvas - su favorito, cabe recalcar - para luego mirar a su dirección y hacerle una seña.

—¿Vas a desayunar conmigo? — cuestionó, sentándose en la silla de tela aterciopelada, tomando uno de los vasos de cristal para tomarle un sorbo.

—Claro, supongo que será un buen comienzo.

Hyunjin le miró con una ceja enarcada, aún con la mano alzada y el vaso en la misma, el corazón palpitando, esperando que lo que estaba pensando fuera lo que saldría de esos rosados labios.

—¿Comienzo para qué?— preguntó, dejando el vaso en la mesa.

Jeongin le dio una sonrisa ladeada y se sentó igual, tendiendole un plato con un omellete y arroz blanco.

—Para nuestros seis meses de casados y, por si lo olvidabas, viviendo juntos.

jejeje ya se viene lo bueno. :p

paenitet del latín: disculpas.

𝗦𝗠𝗩𝗣 ✦  𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠𝐣𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora